Son 10.000 las matrículas protegidas en España por la Dirección General de Tráfico (DGT) que está literalmente a prueba de multas. Por supuesto, que te haya tocado una no es una cuestión de sorteo o de suerte, sino de que necesites un tipo de protección especial o que directamente se trate de un coche oficial. En total, hay 35 millones de coches matriculados en España, pero solo 10.000 tienen la capacidad de librarse de las multas de la Guardia Civil, de los radares o de cualquier tipo.
Se trata evidentemente de los coches oficiales, esos que utilizan tanto los ministros como los altos cargos o de algunos vehículos que directamente pertenecen a la Guardia Civil o a la Policía Nacional. No somos el único país que dispone de este tipo de matrículas que tienen una numeración especial que hace que en cuanto llega al sistema, la multa no se pone. El problema es que quienes hacen uso de este tipo de vehículos no siempre cumplen con la normativa, tal y como se puede recoger en algunas quejas de asociaciones policiales.
Teóricamente no vale ni el “soy compañero” ni ninguna otra fórmula para librarse de las multas. Las matrículas especiales no están al margen de la ley, solo necesitan un tipo de justificación diferente en caso de que se haya cometido algún tipo de infracción. ”Sólo servirán excusas justificadas y avaladas por un mando superior, nada de premura de tiempo, servicio oficial”, detallan los documentos de la Dirección General de Tráfico. Según esto, cada infracción cometida por un coche oficial, ya sea exceso de velocidad o conducción temeraria, requiere de una justificación manifiesta, aunque luego la realidad, según las asociaciones, no sea precisamente la que se refleja en la normativa de la DGT.
La buena noticia para quienes tienen un coche de estas características es que cuentan con un vacío legal con el que librarse completamente de pagar la multa que les correspondería. Una vez “cazado” cometiendo una infracción, el conductor tiene nada menos que 70 días para acudir a identificarse como el denunciado para así abonar la multa pertinente. El problema es que pasados los 140 días, el propio sistema declara las sanciones como “no identificadas” y hace que se pierdan en el olvido.
Sobre el número de sanciones de este tipo de coches con matrícula protegida que se dejan ver por algún radar o por algún otro sistema de identificación de infracciones no hay datos claros filtrados por la DGT. Al final, tener este tipo de matrículas siempre da una ventaja acompañada de un vacío legal. Si no se identifica el infractor de forma voluntaria, pasados los 140 días la multa pasa al olvido y desaparece en el propio sistema. Es un vacío legal no exclusivo de estas matrículas.
También hay casos en los que una reclamación vía escrita (y presencial) de una multa en determinados sitios puede acabar en buen puerto para quien reclama por falta de personal, tal y como han confirmado fuentes del Ayuntamiento de Madrid a CHASIS CERO. Pero de momento nos centramos solo en comentar lo que ocurre con las sanciones que van a parar a los coches oficiales.