En un reciente control de verificación de vehículos llevado a cabo en la comarca del Arlanza, en la provincia de Burgos, la Guardia Civil ha denunciado a dos conductores por utilizar gasóleo B, un combustible bonificado y destinado exclusivamente a maquinaria agrícola y ciertas embarcaciones no recreativas, en sus vehículos particulares.
El gasóleo B es significativamente más barato que el gasóleo A, ya que está subvencionado por el Estado para apoyar a sectores que dependen de maquinaria pesada como la agricultura. Sin embargo, su uso está estrictamente regulado y limitado a estos fines específicos. Para evitar su uso fraudulento, este combustible se tiñe de rojo, diferenciándose claramente del gasóleo A, que mantiene un color verde-amarillo.
Control rutinario en época de cosecha
El incidente ocurrió durante un control rutinario en plena campaña de recogida del cereal. Durante esta época, la vigilancia se intensifica en las áreas de estacionamiento de maquinaria agrícola para prevenir robos de combustible. Los agentes de la Guardia Civil, al inspeccionar un coche, notaron el distintivo color rojizo del combustible en el depósito y tomaron una muestra para su análisis. La muestra, junto con el acta de denuncia, fue enviada a la Dependencia Provincial de Aduanas e Impuestos Especiales de Burgos.
Al sospechar que el gasóleo B podía haber sido sustraído de una explotación agrícola cercana, los agentes ampliaron su investigación a otros vehículos asociados con la instalación. En uno de estos controles, otro automóvil resultó positivo por el uso de gasóleo B, resultando en una segunda denuncia.
Consecuencias y sanciones
El uso de gasóleo B en vehículos no autorizados constituye una infracción grave según la Ley Orgánica 38/1992 de Impuestos Especiales. Las sanciones por este tipo de delito pueden oscilar entre el doble y el cuádruple del valor de la cantidad defraudada. Además, se considera el volumen de combustible en el depósito, la motorización y la cilindrada del vehículo para determinar la multa correspondiente.
El gasóleo A, que debe ser utilizado en turismos, furgonetas y camiones, está disponible en dos versiones: estándar y premium. Este carburante es más refinado, contribuyendo a una mayor eficiencia en el consumo, menores emisiones contaminantes y mejor protección del motor, aunque su costo es más elevado en comparación con el gasóleo B.
La normativa que regula el uso de diferentes tipos de combustible busca no solo proteger los ingresos fiscales, sino también asegurar que los subsidios destinados a sectores específicos no sean malversados. El gasóleo B, al estar bonificado, supone un costo menor para los agricultores y otros profesionales que dependen de maquinaria pesada, por lo que su uso indebido en vehículos particulares representa una defraudación a la Hacienda Pública.
Consejos para los conductores
Para evitar sanciones, es crucial que los conductores conozcan y respeten la normativa vigente sobre el uso de combustibles. El gasóleo A es el único permitido para vehículos de uso particular y comercial ligero. Además, el uso de combustibles apropiados asegura un mejor rendimiento y mayor durabilidad del motor.