LOTUS

Así es el Garbí Mk1, el Lotus Seven "español" más radical con motor Yamaha

El coche monta el motor de la YZF R1 del 2005 y solo se fabrica en Cataluña.
El Garbí Mk1.
El Garbí Mk1.

Se llama Garbí, pero muchos lo verán por la calle como un Lotus Seven. Aunque parezca mentira, hay matriculados por las carreteras españolas una serie de coches poco conocidos que llaman la atención más que un Ferrari o un Lamborghini.

El Garbí Mk1 es una prueba de ello. Y además, pese a que se trate de una imitación que mezcla el diseño inglés con los motores (de moto) japoneses, la idea de este coche más propio de los autos locos es española.

Es un histórico Lotus Seven preparado en parte para circuito que monta el motor de la Yamaha R1 del 2005, que daba 180 CV. Se ven pocos y se fabricaban en España. Lo más difícil es encontrar uno en cualquier portal de compra-venta, pero exclusivo es. Y más que cualquier coche Premium de futbolista.

Este coche diseñado inglés por Colin Chapman te puede llevar a mediados del siglo XX si te despistas, pero el Garbí Mk1 es una edición 2.0 española que directamente ha incrustado el motor de una Yamaha YZF R1 en la cavidad delantera para convertirlo en una bestia híbrida que obliga a quien se sube a ponerse tapones en los oídos.

Se ven demasiado pocos, pues no es precisamente un coche cómodo. Los asientos deportivos, el volante, el ruido y los propios cinturones (pese a que están homologados) han convertido a este coche tan exclusivo en una joya de coleccionista a la que ni siquiera se le puede poner un precio objetivo dado que apenas hay competidores.

El Garbí Mk1.
El Garbí Mk1.

La empresa que montó este monstruo híbrido entre una moto deportiva y un coche clásico inglés ha sido Cobra Cars Spain, una compañía que se fundó en 1993 como MG Motor Empordá.

Esta marca española tiene la fábrica en Figueres (Girona) y ha lanzado al mercado algunas unidades o réplicas del Ac Cobra y del Lotus Seven. Respecto al Garbí Mk1, en un principio se montaba con un motor de Ford de 2 litros, pero después, para optimizar más el peso del coche y hacerlo más rápido y agresivo decidieron ver qué tal funcionaba si le colocaban el motor de una moto superdeportiva “irrompible” como es la Yamaha R1 del 2004 al 2006.

El gran problema que presentan este tipo de coches son las homologaciones. Cualquier adaptación es un imposible gracias a la legislación española. Barras antivuelco, el sonido del motor, la contaminación y otros problemas que surgen cada vez que se quiere cambiar algo del coche.

Eso sí, como deportivo no hay uno igual. La sensación de sentir las marcas viales, de estar completamente pegado al suelo y de que se puede hacer todo tipo de giros sin la sensación de que el coche puede volcar impera en cada segundo que se conduce un coche de estas características.

Se hicieron muy pocos y precisamente por eso no se les puede imponer un precio. Se puede buscar un Lotus Seven o el hermano español, el Hispano-Alemán con motor Seat, por cualquier portal, pero ninguno presentará las prestaciones deportivas del Garbí, así como la aparente fiabilidad mecánica que tiene el motor de la Yamaha.

Por solventar algunas dudas de más, la marcha atrás también tiene seis velocidades. Al ser un motor de moto, la solución que encontró el fabricante fue la de invertir la dirección del movimiento que traslada el motor para conseguir el resultado esperado.

Y no hay que olvidar que si se quiere cambiar el motor, no hay más que buscar en Wallapop otro de una R1… no suelen superar los 2.000 euros de valor. Con todo esto, parece una elección muy exclusiva. Solo falta encontrar una unidad.