Los piratas proliferan en la mecánica como los mejillones en Galicia. Es una epidemia que es difícil de erradicar, pero que sí se puede identificar con cierta facilidad. El caso de hoy es un Hyundai. Este coche había tenido problemas en la dirección y decidió acudir a un taller de Fuenlabrada para ver si así se lo solucionaban definitivamente. El problema vino después, cuando se enteró de cómo le había reparado el coche el taller y cuando se enteró de cómo le tomaron el pelo de todas las formas habidas y por haber.
Reparación de dirección (cremallera, columna y cruceta), cambio de discos de freno y pastillas de freno: todo por 1.000 euros más IVA, vamos 1.210 euros en total. Esta fue la factura que le presentaron en el taller cuando sacó el coche. Lo que no se cuenta en esta factura es que además se pagó otros 800 euros en negro para intentar cuadrar las cuentas, algo de lo que hay factura. El propietario se olía algo. Que le cobraran una factura tan redonda de 1.000 euros ya le mosqueaba. Por todo esto, el propietario de este Hyundai decidió acudir a GT Automoción para comprobar si todo lo que le habían hecho en el coche estaba justificado… o no.
“Cosas raras, nerviosismo, que si no me cuadra”, detalla Ángel Gaitán sobre la llamada que le hizo al taller donde figura la factura. Todo para que al final reconocieran que lo habían mandado a otro taller para que hicieran la reparación. Gaitán también llamó a este taller que sí reconocieron haberla hecho (en concreto, la cruceta solo de la dirección). Uno le cobra al otro 420 euros al otro taller. Y el del otro le suma discos y pastillas cobra 1.210 euros. “¿Es lícito o no?”, se pregunta Gaitán. “Lo que no es lícito es mentir”, detalla el propietario de GT Automoción. El problema es que la cremallera que aseguran haber cambiado desde el taller que trata con el cliente está sin quitar.
Lo curioso viene después. El taller tiene muchos nombres. Uno es Turbotransmisiones S.L., y otro es Todofap S.L., pero es exactamente el mismo. Es de Fuenlabrada, concretamente en la calle Pico de la Mira número 9, Nave 1. El propietario de GT Automoción en un principio mantuvo el nombre en secreto pero al ver las peripecias que caracterizaron a estos profesionales dejó claro dónde se ubicaban porque no quería que los clientes se la jugaran de esta manera. Por recordar los datos, La unidad que le repararon vale 648 nueva, pero el cliente al final pagó más de 2000 euros por arreglar algo que luego no le tocaron. El taller subcontratado sí que hizo lo que tenía que hacer y cobraron por ellos 420 euros, pero luego el taller original al que llevó el coche dejó claro que los añadidos que le hicieron, como los discos y las pastillas de freno, valían mucho más.
Que tenga dos nombres es peculiar. Pero lo cierto es que este tipo de casos se suelen ver muy a menudo. Hay que tener mucho ojo, pero cuando la factura sea un número redondo para luego pagar en B otro tanto por ciento del coste total de la relación lo más adecuado es sospechar de lo que están haciendo. En GT Automoción se han implicado y el taller original aceptó devolver parte del dinero, pero lo cierto es que el intento de meter más dinero en la factura ya está hecho. ¿Cuántos clientes habrán sufrido este tipo de prácticas a lo largo y ancho de otros muchos talleres por no estar atentos al coste de la factura? Más de los necesarios, seguro.
