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Coches con motor rotativo que no son un Mazda

No todos los coches con motor Wankel tienen su origen en Hiroshima

Durante los últimos 130 años, casi todos los motores de combustión interna instalados en un coche han tenido desde uno hasta 16 pistones en su interior. Pero esta no es la única opción. Algunos fabricantes han usado, o al menos experimentado, con motores rotativos, que a primera vista parecen tener un diseño mucho más inteligente. El hecho de que no se hayan universalizado tras casi 60 años entre nosotros, demuestra que no es del todo así.

Primero de todo, aclarar que existe más de un tipo de propulsor se puede describir como un rotativo. El que aquí estamos tratando es el Wankel, bautizado así por el ingeniero alemán Felix Wankel (1902-1988). Ningún motor rotativo instalado en un coche ha seguido al pie de la letra su idea original, pero llevan su nombre porque originó el concepto de tener uno o más rotores que rodean y accionan un cigüeñal central. A estas alturas no vamos a explicar cómo funciona un motor rotativo, pero es una tecnología muy interesante.

NSU Ro 80

Unos meses después de que Mazda Cosmo Sport ingresara al mercado, NSU se convirtió en la segunda marca en producir un modelo con motor rotativo. El Ro 80 llamaba la atención con su apariencia, su eficiencia aerodinámica, sus frenos de disco en las cuatro ruedas y una suspensión independiente. Cuando llegó en 1967 era revolucionario, pero la crisis mundial del petróleo de 1973 y una mayor conciencia de las emisiones de escape nocivas debilitaron gravemente su caso, además de la clásica falta de fiabilidad.

Nissan Sunny

Nissan se tomó muy en serio la idea de tener un motor rotativo en la década de los 60. Por eso a principios de los 70 llegó tan lejos como para exhibir un prototipo de un Sunny de dos rotores (el nombre en otros lugares era Datsun 1200) en el Salón de Tokio de 1972, con una intención muy fuerte de que le seguiría la versión de producción muy pronto. Sin embargo, no hubo un modelo equivalente en las calles, así que ese coche producción implícito nunca se lanzó y, durante 1974, Nissan anunció que abandonaba la idea.

Citroën GS Birotor

Envalentonado por la reacción positiva al M35, Citroën puso otro bloque Comotor (pero con dos rotores en lugar de uno) en el brillante GS en 1973. Aparte del hecho de que era mucho más caro que cualquier otra versión de la gama, el GS Birotor consumía combustible a un ritmo que era, exactamente, el tipo de cosa que nadie querría tener al comienzo de una crisis mundial del petróleo. Entregaba unos respetables 107 CV y 137 Nm, pero con un consumo tan elevado y una dudosa fiabilidad, se vendieron muy, muy pocos.

Lada Samara

El Lada Samara se introdujo en 1984 como el compacto del pueblo, una especie de Volkswagen Golf ruso con aires de Škoda Felicia. Todo en él en era sencillo y fácil de reparar, como todo lo que es made in Russia. Sin embargo, aunque su producción fue prácticamente irrisoria, Lada fabricó algunos Samara con motor rotativo con una potencia de salida citada de unos impresionantes 140 CV. Según se cita, podía alcanzar los 100 km/h desde parado en apenas ocho segundos y una punta de 200 km/h, si no se averiaba antes.