No todo vale. Este es el resumen del caso de Raúl, quien se hizo con un BMW a través de un compra-venta y ahora se ha dado cuenta de que el coche está “para tirar” tras realizar una comprobación en GT Automoción. El coche estaba barato porque tenía una serie de desperfectos físicos que impedían que se pidiera mucho dinero por él. Pero lo cierto es que los desperfectos no solo eran físicos, sino que el motor, la dirección y otros componentes del BMW estaba hecho un desastre.
Hace un mes que Raúl visitó el taller de GT Automoción y a día de hoy está desesperado. Ya tiene que contratar un abogado y pagar a un perito para que determine el estado real del coche. Lo cierto es que Raúl compró este BMW en Roberauto, en Yuncos, y desde entonces solo se ha dado cuenta de que el coche esta para tirar. La cantidad ingente de problemas deja claro que hay que encontrar una solución, pero el compra-venta ya ni coge el teléfono a Raúl pese a sus constantes reclamaciones. Una situación complicad.
Raúl ha visto cómo su coche pierde anticongelante a raudales. El alternador no funciona, no recarga la batería, y además la dirección tiene unas holguras y unos ruidos que directamente podrían poner en riesgo la vida del conductor y de quienes vayan en el coche.
Ante los problemas, Raúl les comentó que iría a un taller especializado para comprobar el estado del vehículo. Desde el compra-venta le dijeron que no tenían ningún problema en que lo revisara. Y fue ahí cuando se dio cuenta de que el coche estaba para tirar.
Lo cierto es que Raúl no pagó mucho dinero por el coche. Compró un BMW barato porque tenía una serie de desperfectos estéticos que no invitaban a pensar que el coche estaba en buen estado. Sin embargo, Jorge, el comercial de Roberauto de Yuncos que le vendió el coche, insistió en el que el vehículo estaba en perfecto estado. Al sacarlo, Raúl se dio cuenta de que eso no era así.
¿Vale todo? Una cosa es comprar barato. Y otra diferente que un compra-venta coloque un coche con tantos desperfectos que impiden su correcta circulación y que podría poner en riesgo la integridad de quienes vayan en el coche.
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Tan solo le ha hecho 6.000 kilómetros al BMW y no se atreve ni a sacarlo del garaje, no vaya a ser que tenga un golpe. Ahora que nadie le contesta en el compra-venta, una vez le han colocado el coche, solo queda acudir a un abogado y a un perito para intentar que se hagan cargo de los problemas. No vale todo, pero lo cierto es que Raúl afronta un proceso largo y costoso porque un comercial le colocó un coche que poco después presentó importantes averías.
