Debió ser conocido como Peugeot 629, una abreviatura lógica de "6 CV 1929", pero el destino determinó su nombre como "Peugeot 201", al ser el proyecto número 201 de la marca. Su triunfo en el mercado y la simplicidad de tener un sistema claro y reconocible para denominar modelos, mientras se formaba el concepto de gama, fueron elementos determinantes.
Desde la perspectiva de ese tiempo, PEUGEOT no estaba innovando. Seguía la secuencia que se había establecido desde los inicios de su incursión en el mundo automovilístico con el Type 1. No obstante, distaba mucho de la costumbre actual de identificar un modelo por su marca y nombre. Hace casi un siglo, las prácticas eran menos estructuradas. Por ejemplo, uno de los predecesores del 201, oficialmente conocido como Type 190, se vendía como "el Peugeot de 5 CV". El Peugeot 201 marcó un hito al vincular de manera estrecha la marca y el nombre del modelo por primera vez.
El sistema de nomenclatura establecido por el Peugeot 201 quedó arraigado en los años 30. Inicialmente, la estrategia de la marca era tener un solo modelo que derivara en una amplia gama de carrocerías: berlina, roadster, cabriolé, camioneta e incluso modelos de competición. Sin embargo, la Gran Depresión llevó a la familia PEUGEOT a ser más creativa para impulsar las ventas.
En otoño de 1931, el entonces Presidente de la marca, Jean Pierre Peugeot, y el Director Comercial, su hermano François, buscaron soluciones visitando a los concesionarios. De esas conversaciones surgieron ideas para expandir la oferta de productos y lanzar nuevos modelos que satisficieran diversas necesidades y tipos de clientes.
De esta manera, surgió la idea de encargar al Estudio de Diseño Peugeot un modelo más grande y potente que el 201. Así nació el Peugeot 301, presentado comercialmente en 1932, seguido por los Peugeot 401 y 601 dos años después, dando origen a la primera gama de modelos de la historia de Peugeot. Aunque adelantándose al concepto de plataforma modular, todos compartían carrocería, ejes y suspensiones. Estas innovaciones consolidaron la vocación generalista de la marca y definieron cómo nombraría a sus automóviles durante casi un siglo.
La primera excepción a esta regla ocurrió con el lanzamiento del Peugeot 309 en 1985, originalmente destinado a ser un modelo de Talbot. A partir de 2008, con la llegada de nuevas formas como monovolúmenes, SUV y crossovers, se optó por distinguirlos con dos ceros en lugar de uno.
En 2012, con el debut del Peugeot 301, se optó por una numeración diferente para modelos dirigidos a mercados emergentes. Finalmente, en 2013, se mantuvo el "8" final, considerado un símbolo de buena suerte en China, para las próximas generaciones de modelos de la marca.
La última gran innovación llegó en 2019, 90 años después del lanzamiento del 201, con la introducción de la "E" seguida de un guión para identificar las versiones con tecnología totalmente eléctrica de sus diferentes turismos. Los PEUGEOT E-208 y PEUGEOT E-2008 fueron los pioneros en esta estrategia de electrificación y nomenclatura.
