Los propietarios de vehículos equipados con el motor Ingenium, especialmente en modelos de Jaguar y Land Rover, han reportado problemas significativos relacionados con la degradación del aceite del motor. Este problema técnico tiene su raíz en el proceso de regeneración automática del filtro de partículas, un componente crucial para cumplir con las normativas de emisiones.
La regeneración del filtro de partículas se lleva a cabo cuando el vehículo se conduce a una velocidad constante durante aproximadamente 30 minutos a más de 2.500 RPM. Durante este proceso, el motor inyecta una cantidad adicional de combustible para aumentar la temperatura de los gases de escape y quemar las partículas acumuladas en el filtro.
El problema surge si el motor se apaga antes de que este proceso de regeneración concluya. Al reiniciar el motor, el proceso continúa, pero con el motor frío, el exceso de combustible no se quema adecuadamente y parte de él pasa al cárter, diluyendo el aceite. Este aceite diluido pierde sus propiedades lubricantes, lo que puede provocar un desgaste prematuro del motor.
La situación se agrava debido a que los intervalos de mantenimiento de estos motores se han extendido, en algunos casos hasta 34.000 kilómetros o dos años. Para cuando llega el momento del mantenimiento, el motor ya ha estado funcionando durante un periodo considerable con aceite degradado, lo que incrementa el riesgo de daños graves en el motor.
Este problema técnico ha generado una creciente preocupación entre los propietarios de vehículos con motores Ingenium, quienes han experimentado fallos mecánicos y altos costos de reparación. La falta de una solución efectiva por parte de los fabricantes ha llevado a muchos a cuestionar la fiabilidad de estos motores y a exigir respuestas y acciones correctivas.
Es crucial que los propietarios estén al tanto de este problema y tomen medidas preventivas, como seguir estrictamente los intervalos de mantenimiento recomendados y evitar apagar el motor durante el proceso de regeneración del filtro de partículas. Además, se recomienda estar atentos a cualquier aviso de problemas con el aceite y realizar revisiones frecuentes para minimizar el riesgo de daños graves al motor.
Las autoridades y organismos de protección al consumidor también deben intervenir para asegurar que los fabricantes tomen responsabilidad por estos problemas y brinden el soporte necesario a los propietarios afectados. La transparencia y la acción rápida son esenciales para restaurar la confianza en estos vehículos y garantizar la seguridad y el rendimiento de sus motores.
