Este 13 de febrero comienza un nuevo Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en la fábrica de Ford de Amussafes, Valencia.
Un ERTE que llega después del acuerdo del fabricante automovilístico con el sindicato UGT, y que se prolongará hasta el próximo 28 de marzo. Parones intermitentes, que no podrán afectar a más de 500 trabajadores por día, a los que se sumarán paros completos durante los días 13 y 19 de febrero. También el 4 de marzo.
Tal y como se ha podido saber, esta reducción de empleo supondrá para los trabajadores una reducción hasta el 80% de su salario. Eso sí, manteniendo el 100% de las pagas extraordinarias, vacaciones y antigüedad, entre otros complementos salariales.
Problemas de personal que llegan después de que, en 2022, fuera la fábrica valenciana la escogida por la norteamericana Ford para producir su nueva plataforma de vehículos eléctricos en 2015. Una plataforma que prometía dar una gran estabilidad laboral a la fábrica en los próximos años, pero que parece seguir teniendo problemas actualmente con la plantilla, que ya sufrió un ERE que afectó a más de 1.000 trabajadores.
Un problema puntual que se extiende desde hace años
A pesar de los graves acontecimientos que suponen este nuevo ERTE para la plantilla de Ford en Valencia, lo cierto es que también se ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad a todos los trabajadores de la marca.
Así pues, la dirección de la empresa ha contemplado las exigencias del sindicato UGT. Sindicato que, además, ha detallado que esta situación "solo puede estar vinculada a un problema puntual por falta de producción prevista, y no a un exceso de personal".
Una realidad ante la que el sindicato ya ha avisado estar de acuerdo con la fecha límite del ERTE. Pero sin depositar gran confianza en la compañía automovilística.
"Lo que suceda después, dependerá de la reunión que mantengamos con la cúpula directiva de Ford", destacan desde el sindicato.
Advertencias desde UGT que parecen no olvidar la complicada trayectoria de Ford en Valencia en los últimos años, en los que se han encadenado diferentes ERTE. El último de ellos, en el pasado mes de junio.
Un problema que podría alargarse aún más en el tiempo. Y es que aún no se han iniciado las inversiones prometidas por la compañía de cara a la fábrica, retrasándose el calendario previsto. Algo que ha afectado directamente a la producción y a las ventas de Ford, lo que podría hacer que la situación de inestabilidad de la fábrica valenciana se complicase aún más en los próximos días.
