PEUGEOT

Un taller oficial de Peugeot reconoce ante Consumo que cobraron dos veces por lo mismo a una clienta

Peugeot Partner Tepee
Peugeot Partner Tepee

La historia ya la contamos. Una mujer llevó su Peugeot al taller oficial y le llegaron a cobrar dos veces por la misma reparación porque la primera no la hicieron. Lo curioso es que, tras acudir a la Oficina Municipal de Información a la Persona Consumidora, ya han tenido respuesta oficial por parte del taller oficial  Peugeot Karealde en Barakaldo, Bizkaia. En dicha respuesta, básicamente reconocen la versión de la cliente, pero ponen varios peros a las razones por las que se hicieron.

En respuesta a la reclamación recibida, se aclara por parte de la empresa que en octubre, con 126.699 kilómetros, se realizó una reparación debido a una fuga de aceite por el portacarter-arbol levas. Sin embargo, en enero, tres meses después y con 135.955 kilómetros, la cliente regresa debido a que el vehículo echa humo por la zona del motor y emite un ruido extraño. Se detecta una fuga de compresión por un inyector, por lo que se recomienda realizar una reparación en los cuatro inyectores y limpiar la zona afectada por la fuga de gases. Se destaca que se trata de dos reparaciones diferentes: una por fuga de aceite y otra por fuga de gases de escape del motor.

Se reconoce un error en la primera factura, donde se cargaron unas arandelas incorrectas, por lo que se aplica una línea de descuento en la segunda factura y se añaden otros descuentos. Además, se señala que no se cuenta con historial previo del cliente en los siete años que ha tenido el vehículo, lo que impide conocer los mantenimientos realizados, averías o reparaciones anteriores.

LO QUE OCURRIÓ EN PEUGEOT

 

El 17 de octubre, una clienta retiró su Peugeot Partner Tepee del taller Peugeot Karealde en Barakaldo, Bizkaia. Después de aproximadamente un mes y medio, comenzó a percibir un olor a gasoil en el interior del vehículo, seguido de un fuerte ruido y un olor insoportable. Al regresar al taller, los mecánicos identificaron que el problema residía en la junta de los inyectores, a pesar de que la cliente recordaba que esta junta había sido cambiada en una reparación anterior.

A pesar del desacuerdo sobre la situación de la junta, se procedió a reparar nuevamente el vehículo, con un coste adicional de 700 euros. A modo de compensación, se aplicó un descuento de 50 euros, aunque la pieza de la junta fue nuevamente cobrada a la cliente. Sin embargo, poco después de recoger el coche del taller, la luz de fallo del motor se encendió nuevamente debido a una arandela apretada incorrectamente y una fuga de aceite en otra parte del vehículo, lo que generó nuevas averías.

La propietaria expresó su preocupación por la calidad del servicio, recordando una reparación previa por una pérdida de aceite que, según ella, no fue adecuadamente solucionada. Este caso destaca la importancia de la transparencia y la comunicación clara entre los talleres y los clientes para evitar malentendidos y garantizar la satisfacción del usuario.