JAGUAR LAND ROVER

El "teletrabajo forzado" en Jaguar Land Rover azuza el fantasma de una crisis interna

También se han fusionado departamentos, además de que las oficinas centrales han absorbido competencias
La Torre Picasso de Madrid
La Torre Picasso de Madrid

A teletrabajar. Así ha solucionado de momento Jaguar Land Rover (JLR) su problema de espacio tras salir de la Torre Picasso. El fabricante británico ha tomado medidas radicales en su delegación en España. Tanto, que ni siquiera ha dejado el área de comunicación en manos del departamento de marketing. Ahora todo está teledirigido, pero llama la atención que por primera vez en su historia los trabajadores de Jaguar Land Rover lo estén haciendo desde casa, teletrabajando.

La salida de Jaguar Land Rover de la Torre Picasso es un síntoma claro de problemas financieros por el descenso radical de las ventas de la marca británica. En España, el número de matriculaciones ha caído en picado por los problemas de fiabilidad reconocidos por el propio fabricante. A menos ingresos y a unas previsiones económicas no demasiado buenas le acompañan ajustes. Y el primero ha sido dejar esa Torre Picasso en la que se instalaron en 2014. Ahora, todos los trabajadores que entonces iban a este famoso edificio madrileño a despachar su labores día a día han sido enviados a casa.

Este “teletrabajo forzado” ha llamado la atención en buena parte del sector. De hecho, Jaguar Land Rover insiste en que es algo momentáneo hasta que se adecúe la nueva sede para que retomen sus obligaciones en unas nuevas instalaciones. Pero el golpe del teletrabajo y la necesidad de dejar una sede de renombre ha resonado con fuerza a nivel interno, pues son muchos los trabajadores que temen por su puesto y temen por la continuidad de la propia marca.

No hay que olvidar que ya se han tomado algunas medidas que hablan de que Jaguar Land Rover no pasa por su mejor momento. El número de concesionarios de Jaguar, sin ir más lejos, se va a reducir drásticamente en España tras unos años con matriculaciones preocupantes. Respecto a Land Rover, la situación es similar, pero no tan dramática.

Son muchos los comentarios que se escuchan entre bambalinas. Pero quizá el que más preocupa a los trabajadores de Land Rover es la tendencia de las oficinas centrales a fagocitar las labores de las delegaciones territoriales y los permanentes rumores de despido que planean sobre algunos de los altos cargos del grupo.

Aún así, las previsiones con la electrificación son buenas. La tendencia a afianzarse como una marca premium de coches de lujo de la mano de los coches eléctricos, con la consiguiente eliminación de los motores de combustión,  da esperanzas a unos empleados que reconocen en privado los problemas de fiabilidad que presenta la marca desde que Tata Motors se hizo con el control de Land Rover y de Jaguar.

El teletrabajo ha golpeado fuerte a la marca. Lo ha hecho al menos a nivel interno, pues desde Land Rover están muy preocupados porque esta información no se airee demasiado para no dar la imagen que temen. Al mismo tiempo, ha habido cambios a nivel internos que también hablan de una reestructuración preocupante. Fusión de departamentos (ventas y posventa) y absorción de algunas competencias, especialmente las de comunicación, que también agrandan el fantasma del ERE y de algunos despidos. Aún así, la fuerza de la marca siempre está ahí y parece difícil imaginarse la desaparición de Land Rover en España.