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Problemas para Tesla y Volvo: los dos gigantes del automovilismo paran la producción en Europa

El mayor golpe lo están sufriendo los coches eléctricos, ya que el 67% de los componentes para baterías eléctricas se exportan desde Asia
Volvo-S60
Volvo-S60

En medio del conflicto entre Israel y Hamás en Palestina, la crisis geopolítica ha alcanzado las fábricas de automóviles en Europa, generando una serie de paros en la producción de coches eléctricos. El bloqueo en el Mar Rojo, provocado por los ataques en la ruta del estrecho de Bab al-Mandeb, está forzando a las compañías automotrices a enfrentarse a rutas más largas y costosas para transportar los componentes necesarios.

Tesla y Volvo, dos gigantes en el sector, ya han anunciado paros en sus fábricas europeas. Tesla, cuya planta europea se encuentra en Gruenheide, a las afueras de Berlín, cerrará sus puertas durante dos semanas, del 29 de enero al 11 de febrero. La marca ha destacado que los tiempos prolongados de entrega están generando "una brecha en las cadenas de suministro", afectando directamente a la producción de su modelo estrella, el Tesla Model Y, el coche eléctrico más vendido en España y Europa.

Volvo, propiedad de la empresa china Geely, también se ve afectada, deteniendo la producción en su fábrica de Gante, Bélgica, durante tres días. En este caso, la interrupción se debe a la demora en la llegada de las cajas de cambio, esenciales para la fabricación de los Volvo XC40 y C40 eléctricos, así como el esperado SUV eléctrico EX30.

La crisis en el Mar Rojo ha llevado a algunos fabricantes, como Stellantis, a optar por envíos por avión en lugar de barco, evitando así las limitaciones en la ruta tradicional. Sin embargo, otras marcas, como Volkswagen, SEAT, Skoda, Audi, Porsche, BMW y Renault, han manifestado que, por el momento, la situación no ha tenido un impacto significativo en la producción de sus vehículos.

El mayor golpe lo están sufriendo los coches eléctricos, ya que el 67% de los componentes para baterías eléctricas se exportan desde Asia. Más de dos tercios de las baterías también provienen de este continente. Con el bloqueo persistente, existe la posibilidad de que otras marcas se vean afectadas, especialmente aquellas con un volumen de producción de vehículos eléctricos menor que Tesla o Volvo.

El desvío de las rutas marítimas tradicionales, sumado a la crisis del Canal de Panamá, agrega una nueva capa de complejidad a la ya afectada cadena de suministro de la industria automotriz. La incertidumbre persiste, y los analistas advierten que esta crisis geopolítica podría tener repercusiones económicas a largo plazo, contribuyendo a la creciente inflación y al aumento constante de los precios de los vehículos. La industria del automóvil, aún recuperándose de los retrasos derivados de la pandemia, se enfrenta ahora a un nuevo desafío que pondrá a prueba su capacidad de adaptación y resiliencia.