Curiosidades

Tómate unos minutos para apreciar al Volkswagen Beetle RSi

Porque el New Beetle nunca ha sido un coche demasiado bien valorado

La segunda generación del Volkswagen Escarabajo, también conocido como New Beetle, no es tendente a generar muchos respetos entre el público. Esto es especialmente cierto con una carrocería que quizá es demasiado redondeada y quizá un poco cursi, y que al final del día no deja de ser un Golf recarrozado menos práctico. Sin embargo, existe un Escarabajo de esta iteración que merece todo el respeto, y ese es el Volkswagen New Beetle RSi.

Gestado en 2001, se presentó como una edición limitada que nacía como punto de partida para los futuros modelos deportivos de la casa germana, como el Volkswagen Golf R32 o el SEAT León Cupra 4. Solo se fabricaron 250 ejemplares de este exclusivo New Beetle, y como el Golf, su vano acogía un motor de seis cilindros en uve estrecha, el popular VR6 del Grupo Volkswagen, (te suena, ¿no?). Además, venía de la mano de un sistema de tracción integral basado en un sistema Haldex (y desde ahí conocido como 4Motion).

El Volkswagen New Beetle RSi llamaba la atención a primera vista por sus generosos pasos de rueda que ensanchaban la carrocería 80 milímetros, así como unas vías para rellenarlas con ejes más largos rematados por unas llantas de aleación OZ Racing de 19 pulgadas. A eso hay que sumar el enorme alerón en la puerta del maletero y el otro más discreto sobre la luna. Dos escapes a los extremos se encargaban de ofrecer la banda sonora cuando pisaras el pedal derecho hasta la alfombrilla y la aguja se acercase a 6.500 rpm.

El New Beetle RSi fue el banco de pruebas para el primer Golf R32, el cual incorporaría el mismo motor VR6 con la posibilidad de asociarlo al cambio DSG (una revolución en 2002)

Esta especie de “súper Escarabajo” llegó con una evolución del bloque VR6 de 2.8 litros, que ahora veía su cilindrada aumentada hasta los 3.2 litros y su potencia a 225 CV y 320 Nm. El peso era de unos destacados –para la época– 1.515 kilogramos, y aun así podía hacer el 0 a 100 km/h en 7,2 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 225 km/h, nada mal para el coche que usaba Barbie en aquel entonces. Además, todos los componentes que atañen a la suspensión, los ejes, frenos y la dirección también fueros cambiados.

Volkswagen no escatimó en componentes (extrañamente) con el New Beetle RSi. El escape está firmado por Remus. La caja de cambios es de relaciones y recorridos mucho más cortos que cualquier otro modelo del grupo, y la manejas sentado en asientos baquet Recaro (de respaldo fijo). Si a eso sumamos los mencionados 225 CV en las cuatro ruedas y una estética brutal, es difícil no sentir cierta envida sana por los 250 afortunados dueños de una máquina así. En principio, todos los ejemplares estaban destinados a Alemania.

En el interior, el Volkswagen New Beetle RSi estaba tapizado en fibra de carbono, aluminio de grado billet y cuero naranja brillante, nada de plástico barato

Durante el ciclo de producción del New Beetle RSi, que acabó en 2003, se vendía a un precio  de algo más de 75.000 euros, lo que serían unos 125.000 euros en 2023. Eso, claramente no es un moco de pavo para un Escarabajo, pero el RSi no era un coche para tontos. En cambio, es un gran ejemplo de lo que llegó a ser Volkswagen en el culmen más salvaje de su poderío industrial, y hace que la cabalgata de crossovers y SUV que recibimos de la marca hoy parezca aun más triste.