El Volkswagen Golf es uno de los coches más emblemáticos de la historia del automóvil. Desde su lanzamiento en 1974, ha vendido más de 37 millones de unidades en todo el mundo y ha sido un éxito en todos los mercados en los que se ha comercializado.
Sin embargo, el Golf que conocemos hoy en día no fue el primer prototipo que se desarrolló. En 1969, Volkswagen encargó a Giugiaro la creación de un modelo que sustituyera al Escarabajo. El resultado fue el EA 276, un prototipo que presentaba algunas características que más tarde se verían en el Golf definitivo.
El EA 276 tenía unas formas más bien cuadradas, con faros y pilotos de gran tamaño. También contaba con un práctico portón trasero y un pilar C triangular. Además, ya presentaba algunos rasgos que más tarde se verían en la versión GTI, como los pasos de rueda enmarcado en negro, la tira negra uniendo las ruedas delanteras con las traseras y el spoiler delantero de plástico negro.
En cuanto a la mecánica, el EA 276 montaba el motor del Escarabajo, que en lugar de ir detrás ahora iba delante. Sin embargo, esta solución no acabó de convencer a los responsables de Volkswagen, que optaron por utilizar motores de cuatro cilindros refrigerados por agua.
Tras varios intentos, Giugiaro finalmente dio con el diseño definitivo del Golf, que se presentó en el Salón del Automóvil de Frankfurt de 1973. El nuevo modelo era más moderno y utilizable que el Escarabajo, y rápidamente se convirtió en un éxito.
Para conmemorar el 50 aniversario del Golf, Volkswagen ha presentado dos unidades en el Salón del Automóvil Clásico de Bremen: el Golf I que todos conocemos y el EA 276, el prototipo que pudo serlo.
El EA 276, un coche adelantado a su tiempo
El EA 276 fue un coche adelantado a su tiempo. Presentaba algunas características que más tarde se verían en el Golf definitivo, como unas formas más bien cuadradas, un práctico portón trasero o un pilar C triangular. Además, ya presentaba algunos rasgos que más tarde se verían en la versión GTI.
Sin embargo, el EA 276 no terminó de convencer a los responsables de Volkswagen, que optaron por utilizar motores de cuatro cilindros refrigerados por agua. Esta decisión fue acertada, ya que el Golf definitivo se convirtió en un éxito de ventas.
A pesar de ello, el EA 276 es un coche que merece ser recordado. Es un testimonio de la historia del Volkswagen Golf y de cómo un pequeño prototipo pudo convertirse en un icono del automovilismo.
