Jaguar Land Rover está dando muchos problemas. Especialmente a los clientes que se hicieron con una de sus unidades en los últimos años. Sin embargo, no siempre hacen las cosas mal por cuestiones mecánicas, sino que el servicio posventa a veces también deja mucho que desear. Encontrar clientes que sigan confiando en Jaguar o en Land Rover desde hace años es extraño. Sin embargo, hay algunos que todavía cuentan historias que parecen difíciles de creer.
En este caso, Luis ha llegado a GT Automoción, el taller de Ángel Gaitán, para darse cuenta de que un problema que tenía desde el mismo momento en el que compró el coche era algo fácil de arreglar. Quizá lo que pesa sobre Jaguar Land Rover es cómo el servicio posventa no fue capaz de arreglarlo pese a lo absurdo de su origen. ¿La razón? Cualquiera sabe, pero queda claro que no pusieron mucho empeño en solucionar la avería (por llamarla de alguna manera) de este cliente que ha confiado en Jaguar durante los últimos siete años.
Luis se compró su Jaguar hace siete años y no consiguió que le solucionaran un problema de origen pese a que realizó varias visitas al taller oficial en plena garantía para que le quitaran ese ruido que provenía de la línea de escape y que no sabía cuál era el origen ni por qué se producía desde el primer momento. La buena noticia es que la supuesta “avería” era una auténtica “chorrada” fácil de reparar. La mala es que tener incluso al jefe de taller implicado sin darse cuenta de qué le ocurre al Jaguar recién comprado habla mal de la marca inglesa.
El coche tenía un ruido desde que se arrancaba y no cesaba. Era un cascabeleo que ha arrastrado durante los últimos siete años. Un drama si se tiene en cuenta el gasto que implica. Lo llevó al taller, pero nadie, ni los mecánicos ni el propio jefe de taller fueron capaces de darse cuenta de que el ruido provenía de una abrazadera que simplemente vibraba porque estaba mal colocada.
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El propio jefe de taller le reconoció al cliente que escuchaba el ruido, pero insistía en que no era capaz de identificarlo para repararlo. Era un simple cascabeleo que producía una abrazadera que vibraba. Pero lo cierto es que nadie fue capaz de solucionarlo. Ángel Gaitán lo identificó y comenzó su reparación mientras hacía un vídeo para TikTok y con una mano. Lo lógico era cambiar la abrazadera y listo. Problema resuelto, pero el taller oficial no se dio cuenta en siete años en los que su cliente fiel notificaba los problemas que presentaba el coche.
