Un Peugeot con 86.000 kilómetros que ya se ha visto obligado a cambiar el motor. Nada nuevo, si se tiene en cuenta que hay una demanda colectiva que planea sobre el Grupo Stellantis por ese motor Puretech con correa bañada en aceite. Pero no es este caso. Aquí lo curioso no es exclusivamente el hecho de que le hayan tenido que cambiar el motor entero con pocos kilómetros, sino el poco cuidado de los mecánicos a la hora de tratar el coche.
Las casualidades tampoco hablan bien del taller. El motivo por el que tuvieron que cambiar el motor estaba relacionado con un fallo en el árbol de levas, según el mecánico que atendió a Gina, la afectada. Sin embargo, lo curioso fue que este fallo (el coche se paró en medio de la carretera y ya no volvió a arrancar) se produjo tan solo un día después de que le hicieran la revisión en el taller.
Ante la avería tan grave, acudió a los mecánicos que le habían tocado el coche y les reclamó. Le sustituyeron el motor y todo debía estar arreglado, pero lo cierto es que cuando el mecánico salió con su coche, dentro de él y conduciéndolo, el vehículo hacía un ruido tremendo, como una carraca que sonaba sin parar.
Gina y su pareja, Iván, se llevaron el coche a casa y no consiguieron ni llegar a la puerta. Ante el incesante ruido de carraca, fueron directos al taller de nuevo para ver qué pasaba. Lo curioso fue que los mecánicos no “dieron” con el problema que presentaba el coche. Razón por la que tanto Gina como Iván acudieron a GT Automoción a intentar buscar una solución al problema que tenía este Peugeot de grandes dimensiones.
El problema no era necesariamente difícil de identificar. De hecho, era bastante sencillo. Literalmente no habían montado bien el tubo de escape y estaba dando bandazos en la parte inferior del coche golpeando todo lo que pillara por delante. Incluso el escape estaba en parte doblado por la fuerte holgura que tenía la pieza.
Pese a que los clientes se quejaron en el taller del ruido y pese a que cuando sacaron el coche los mecánicos del mismo con el ruido presente, lo cierto es que no se dieron cuenta. Incluso cuando les devolvieron el coche por el ruido, no fueron capaces de ver y de darse cuenta de que era el escape que no estaba bien colocado. Golpeaba todo y solo le faltaban unas pocas tuercas para dejar bien agarrada la pieza.
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Pero no es el único ruido. Hay más. La rueda de repuesto, ubicada debajo del coche, está muy mal agarrada y sujeta. La “buena” noticia para lo mecánicos que trataron este coche de una forma peculiar es que esto es un problema endémico de estos modelos. Es decir, que salen mal de fábrica. Pero esto es otra cuestión. En este caso importa este detalle de que te cambien el motor un día después de la revisión sumado a que la caja de cambios también está repleta de aceite por fuera, por un rezume, una filtración y por el mal estado de las juntas.
