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Peugeot le clava 6.000 euros por un "motor nuevo" y se entera que es de desguace

Peugeot 3008
Peugeot 3008

Robert, residente en Alcalá De Henares (Madrid), se ha unido a la lista de clientes de Peugeot afectados por problemas de fabricación que desencadenan costosas reparaciones. Su testimonio arroja luz sobre un problema sistémico que parece estar afectando a numerosos propietarios de vehículos de la marca. Peugeot lo sabe. La demanda colectiva se aproxima. Y todo está a punto de estallar en la cara del fabricante francés, pues también Opel y Citröen se verán afectados.

El calvario de Robert comenzó un fatídico 02 de septiembre de 2024, cuando su Peugeot 3008, 1.5 BlueHDI 130 CV, con solo 108,000 kilómetros recorridos, sufrió una rotura en la cadena de distribución, dejándolo varado en un aparcamiento de Alcalá De Henares. Ante esta situación, el diagnóstico de Peugeot no dejó lugar a dudas: el motor necesitaba ser reemplazado. Sin embargo, lo que siguió fue una factura abrumadora y una lucha desigual por parte de Robert.

La factura inicial ascendió a 6.000 euros, por un motor que ni siquiera era nuevo, sino reacondicionado. Tras intensas negociaciones con Peugeot, se logró un descuento del 10% en el costo del motor y un 20% en la mano de obra, reduciendo el desembolso a 5300 euros. Sin embargo, la compañía se deslindó de toda responsabilidad, argumentando que el fallo no era atribuible a ellos.

Robert no se quedó de brazos cruzados. Armado con una sólida documentación que respaldaba su caso, incluyendo facturas, informes de servicio y declaraciones de concesionarios, se dispuso a demostrar que este no era un incidente aislado. Según él, una investigación en foros de Peugeot revela que el problema de la cadena de distribución no es excepcional, sino más bien una consecuencia de un diseño defectuoso por parte de la compañía.

Peugeot, por su parte, ha admitido ciertos errores al reemplazar la cadena por una más robusta sin informar debidamente a los clientes, como el caso de Robert demuestra. Este patrón de falta de transparencia y responsabilidad plantea serias dudas sobre la ética y la calidad del servicio al cliente por parte de la marca.

En un mercado donde la confianza del consumidor es crucial, casos como el de Robert dejan una mancha indeleble en la reputación de Peugeot. A medida que más propietarios se enfrentan a desafíos similares, es imperativo que la compañía asuma su responsabilidad y tome medidas concretas para remediar estos problemas de fabricación. Mientras tanto, los consumidores deben permanecer vigilantes y conscientes de sus derechos en casos de fallos de fábrica que podrían derivar en costosas y injustas reparaciones.