Las temperaturas han empezado a bajar de forma generalizada en toda España, y eso es algo que ha marcado claramente la llegada, al menos de forma notable, del otoño en estado puro. Algo que ha hecho que sean muchos los españoles que hayan comenzado a sacar la ropa de invierno, a la vez que comenzar los preparativos para las próximas festividades, comenzando por la noche de Halloween.
Sin embargo, hay algo mucho más terrorífico que las calabazas o los espíritus durante esta etapa del año. Al menos, para los amantes del motor. Y es que, con la llegada del otoño, también comienza a aparecer uno de los elementos más peligrosos en el mantenimiento de un coche: las hojas secas. Y no, no por la posibilidad de que los neumáticos resbalen al contacto con estas hojas, sino por las terribles consecuencias que estos pequeños obsequios del otoño producen en nuestro amigo de cuatro ruedas.
Y es que estas hojas otoñales traen dos terribles "regalos" al coche: por un lado, la melaza. Por otro, la humedad que se acumula en el exterior e interior del coche, que puede producir averías de diferente calado.
ASÍ AFECTAN LAS HOJAS SECAS A TU COCHE
¿Recuerdas ese líquido especialmente viscoso y pegajoso que más de una vez se te ha quedado incrustado en la mano después de haber recogido hojas secas? Pues bien, esa melaza presente en las hojas y en algunos trozos secos de corteza, también es especialmente molesta en el mantenimiento de tu coche. Y es que ese "pegamento natural" se queda incrustado en la chapa de los vehículo, agarrándose a la pintura, siendo muy difícil de retirar y, en ocasiones, provocando algunos desperfectos en la pintura.
Un efecto secundario de la acumulación de las hojas del otoño sobre tu vehículo al que se unen otros efectos de estas hojas, que acumulan humedad que pueden llegar a dañar a tu coche. No sólo por el óxido que pueden provocar en la chapa y en la pintura del coche, sino también en los cristales del coche. Y es que estas hojas, a pesar de su aspecto "inofensivo", pueden acabar provocando molestos arañazos en los parabrisas y cristales.
Del mismo modo, estas hojas pueden acabar (aunque parezca cosa de brujas) en el motor del coche. Y es que muchas son las pequeñas hojas que se acaban colando en el interior del coche, y acaban produciendo pequeñas averías, que no son tan pequeñas a la hora de abonar la factura.
EL MEJOR REMEDIO: UNA LIMPIEZA DIARIA DE TU COCHE
¿La solución ante estos problemas del otoño? Es más sencilla de lo que parece. Mantenimiento diario del coche. Así pues, cada vez que vayas a coger el coche, intenta quitar todas las hojas que estén visibles sobre el coche. Especialmente, aquellas que se puedan acabar colando por debajo del capó, ya que son las más sospechosas para poder acabar en el motor del vehículo. Eso sí, hay que intentar evitar retirar estas hojas con el limpiaparabrisas, ya que puedes acabar provocando más arañazos en el cristal.
Del mismo modo, intentar lavar el coche con agua y jabón a presión después de haber pasado tiempo bajo un árbol o en contacto con las hojas y la melaza, puede ser el mejor remedio para evitar que la pintura se vea afectada por el óxido o por este "pegamento natural" del otoño. Un paso que no sólo evitará que acabes en el taller, sino que también proporcionará el mejor de los aspectos a tu coche. Porque no, a pesar de que hay aviso de fuertes lluvias, en muchas ocasiones las precipitaciones naturales no son suficientes para limpiar el coche (aunque sigas insistiendo en ello...).
