RENAULT

Los 380 nuevos Renault Zoe de la Guardia Civil podrían no volver a arrancar

La Guardia Civil no tiene forma de recargarlos por falta de puntos de carga.
El Renault Zoe de la Guardia Civil.
El Renault Zoe de la Guardia Civil.

La Guardia Civil tiene 380 Renault Zoe para su día a día, el problema que afrontan es que no los pueden usar por falta de puntos de carga. El Ministerio de Transición Ecológica de Teresa Ribera ha vuelto a marcarse una nueva chapuza que se suma a las dudas sobre si es útil para los agentes utilizar un coche con entre 200 y 300 kilómetros de autonomía para las patrullas.

El problema es que esto puede ser mucho más grave, según han detallado voces expertas a este medio. Estos modelos, los Renault Zoe que han vinilado de blanco y verde oscuro para los agentes, pueden directamente dejar de funcionar si las baterías no se cargan. Y sin puntos de recarga… pinta mal para la Guardia Civil y para el propio Ministerio de Transición Ecológica de la socialista Teresa Ribera.

El mecánico Ángel Gaitán, propietario del taller GT Automoción, ha advertido a CHASIS CERO que estos modelos necesitan mantenerse con la carga. Gaitán siempre ha defendido el Renault Zoe como utilitario, pero el problema es que es un modelo que está preparado para tener un punto de carga a mano (como cualquier vehículo eléctrico).

El problema añadido es que, si no se recargan de forma asidua, el modelo corre el riesgo de directamente ni arrancar. Con este problema latente, la Guardia Civil tiene un parque móvil de 380 coches nuevos listos para salir a la circulación que en realidad no pueden usar por falta de puntos de carga en el cuartel.

El Renault Zoe quizás no es el más apropiado para lo agentes por cuestiones obvias. De hecho, fuentes de la Guardia Civil insisten en que los propios agentes han presentado sus dudas sobre la idoneidad de este modelo para hacer una persecución o para patrullar durante largos periodos de tiempo. Pero el Ministerio de Transición Ecológica de Teresa Ribera está “feliz” de conseguir una patrulla más verde de lo normal.

El Renault Zoe está parado. Los 380 modelos no se han puesto en circulación por varias razones, pero no solo la falta de puntos de carga ha puesto a los guardias civiles con los pelos de punta, sino que también el miedo a que la autonomía se quede escasa en caso de una persecución u otro momento de necesidad. Esos 200 o 300 kilómetros son reales.

Desde Renault dejan claro que se puede alcanzar una autonomía real de hasta 390 kilómetros, pero la realidad medida por nuestros expertos no indica eso. Es normal que la autonomía se reduzca en base al uso del aire acondicionado, de la velocidad a la que se use el vehículo o de cualquier otro uso que implique utilizar la batería del coche.

De hecho, según estudios realizados por otros medios, los niveles de autonomía de los coches eléctricos se pueden reducir drásticamente (hasta un 40%) en condiciones más o menos normales de conducción, es decir, circulando a cerca de 130 kilómetros por hora.

La Guardia Civil no solo ha comprado estos Renault Zoe. Su obsesión con el fabricante vecino es de sobra conocida y también ha encargado una buena cantidad de Arkana, que son híbridos y fabricados en Corea del Sur y en Rusia (esto hasta hace unos meses) que esta vez sí presentan cierta utilidad.

El problema es que los Zoe se van a quedar ocupando espacio y bajo el riesgo de no volver a arrancar si no se cargan. Este problema se ha dejado ver entre más de un mecánico y puede afectar a la Guardia Civil, aunque visto lo visto no parece que tengan ni la más mínima intención de utilizar estos modelos por literalmente miedo a “quedarse tirados” por la falta de autonomía.