JAGUAR

Se compra un Jaguar eléctrico y el taller oficial se lo queda 6 meses porque no puede "manipular" la batería

Jaguar I-Pace
Jaguar I-Pace

En marzo de 2022, José Ignacio, miembro de un grupo de afectados de JLR, entusiasmado por abrazar la movilidad eléctrica, adquirió un Jaguar I-Pace en el concesionario oficial de Jerez de la Frontera. El vehículo, clasificado como "approved", contaba con aproximadamente 6,000 kilómetros en su odómetro. No debería de dar problemas. Sin embargo, lo que comenzó como una experiencia emocionante se ha transformado en una travesía de frustración y preocupación.

Desde su adquisición, el Jaguar I-Pace ha experimentado varias averías que, según el propietario, están vinculadas al software del vehículo. La situación alcanzó su punto álgido el 11 de agosto de 2022, cuando José Ignacio notó una significativa disminución en la autonomía del vehículo después de cada recarga. Decidido a abordar la situación, se dirigió al concesionario oficial de Jerez de la Frontera. Quiso pedir explicaciones, pero las cosas no salieron como deberían.

El concesionario, al examinar el vehículo, decidió retenerlo para llevar a cabo las reparaciones necesarias. Sin embargo, lo que inicialmente parecía ser una solución rápida se convirtió en un prolongado calvario para el propietario del Jaguar I-Pace. El 13 de agosto, se le informó que la avería no podía ser solventada localmente y que el vehículo debía ser trasladado al taller autorizado de Sevilla, donde disponían de la experiencia y equipo necesario para abordar la situación.

Desde entonces, el vehículo ha permanecido en el taller de Sevilla, y lo que inicialmente se percibía como un problema fácilmente solucionable en casi cualquier taller se ha convertido en una serie de complicaciones en curso. Se le ha comunicado al propietario una variedad de problemas, desde celdas de batería defectuosas hasta falta de equipo de seguridad para manipular altos voltajes. Se mencionaron problemas con la masilla de aislamiento, la pestillera del enchufe y se ha informado de la necesidad de esperar piezas adicionales.

Este prolongado período de espera y la falta de claridad sobre la naturaleza exacta de las averías han llevado a la presentación de hojas de reclamaciones, envío de correos a la marca y presentación de cartas formales en el concesionario. A pesar de estos esfuerzos, José Ignacio, perteneciente a un grupo de afectados de la marca, se encuentra ahora a punto de cumplir seis meses desde la entrega inicial del vehículo y aún no ha podido disfrutar plenamente de su Jaguar I-Pace.

Jaguar E Pace del 2020
Jaguar E Pace del 2020

Este caso plantea preguntas sobre la efectividad de los procedimientos de servicio al cliente y las capacidades de reparación en la red de concesionarios oficiales. La falta de transparencia en la comunicación y la duración excepcional del tiempo de inactividad del vehículo plantean cuestionamientos sobre la calidad del servicio postventa proporcionado por Jaguar en esta situación particular.

La situación destaca la importancia de una atención al cliente efectiva y procesos de reparación eficientes en la industria automotriz, especialmente en el contexto de vehículos eléctricos, donde la movilidad sostenible y la confianza del consumidor desempeñan un papel crucial.