Salvo que hayas estado viviendo bajo una piedra desde los últimos días del mandato de la ex alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, en 2019, sabrás que Madrid cuenta con una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) que restringe el acceso al centro de la capital a los vehículos más antiguos y contaminantes. Todos aquellos que no dispongan de la etiqueta medioambiental “ECO” o “CERO” de la Dirección General de Tráfico no pueden entrar a la almendra central.
El plan “Madrid Central”, rebautizado a “Madrid 360” con la llegada de José Luis Martínez-Almeida a la alcaldía, ha seguido su curso natural y ya ha puesto cientos de miles de multas a vehículos sin los distintivos ambientales más eco-friendly de la DGT, lo que ha invitado a muchos propietarios de coches con la pegatina “B” y “C” a saltarse las normas. Bueno, a los dueños de los susodichos coches y de algunos aparcamientos públicos de la metrópoli con el fin de evadir la sanción económica de 200 euros.
Como bien sabemos, en caso de querer meter tu coche “B” o “C” en el centro de Madrid se hace imperante dejarlo aparcado un ratito en uno de los aparcamientos públicos, o ser un residente en la zona. Todos los aparcamientos que están adscritos al plan deben de darse de alta y solicitar una autorización para formar parte de los 56 autorizados en la ZBE, y todos ellos están controlados por el consistorio. Sin embargo, no es el caso, tal y como ha podo dar a luz El Periódico de España en su investigación.
Bien, el Garaje Luna, un pequeño parking de 44 plazas ubicado en la calle Pizarro, cobraba cinco euros por dejar entrar y salir a los coches y evitar la multa del Ayuntamiento. Como se refleja en el cartel de la entrada, está dentro del selecto grupo de adscritos legalmente a la ZBE. Hasta aquí, todo es bastante normal. Sin embargo, al ver las tarifas, hay una que llama particularmente la atención: “Anular Madrid Central: 5 euros”. Literalmente, esta “oferta” es mucho más costosa que dejar el coche una hora.
La gracia aquí es que no necesitabas aparcar el coche como tal, tan solo dejar tu matrícula para que el garaje lo notificara al sistema de la capital. Según la publicación, los clientes eran conscientes de ello y los trabajadores no se esforzaban lo más mínimo en ocultarlo. Uno de los trabajadores llega a admitir que se lucran ofreciendo a los usuarios eludir la normativa, un todos ganan. Desafortunadamente para ellos, el chollo se ha terminado y el ayuntamiento tomará las medidas pertinentes para evitar una réplica.
Este caso demuestra que el sistema de control de Madrid Central no es del todo efectivo. Si un coche puede entrar y salir de un parking en ZBE sin estacionar en él para evitar la multa, hay algún fallo
Es un toque de atención a cómo estructurado el sistema de control de coches, pero no va a cambiar. Desde el Ayuntamiento ya señalan que esta práctica es un “fraude de ley”, como es lógico. De hecho, ya ya han confirmado al medio que van a abrir un expediente a Garaje Luna e investigar una posible sanción, como perder la autorización como estacionamiento de la ZBE en el distrito centro. Los altos mandos, de momento, no contemplan reforzar este control, pues lo consideran “adecuado” actualmente.
En base a las tarifas reguladas por el organismo rector de Madrid, aparcar hora y media son cerca de cuatro euros. Aunque parece mejor idea pagar cinco euros que 200 euros de multa por saltarse la normativa (se quedan en 100 euros con pronto pago), al final se caza antes a un cojo por mentiroso que por cojo. Lo que está claro es que se debe de mirar con un ojo más crítico la normativa que establece el etiquetado medioambiental, pues un SUV de más de dos toneladas y 400 CV no puede ser “ECO” por mucha asistencia eléctrica que lleve.
