Mientras París persiste en su lucha contra los vehículos tipo SUV, Madrid ha tomado un giro inesperado al desviarse de la hoja de ruta marcada por la capital francesa en lo que respecta a los precios de estacionamiento para este tipo de coches. Fuentes del Ayuntamiento de Madrid han confirmado a Confidencial Digital que este tema no está en su agenda, contradiciendo así las medidas propuestas por París.
Los Sport Utility Vehicles (SUVs) se han convertido en los protagonistas indiscutibles de las carreteras españolas, marcando tendencia y ganando terreno en el mercado automotriz. Estos vehículos, que combinan elementos de un automóvil de pasajeros con características de un vehículo utilitario deportivo, son conocidos por su versatilidad y adaptabilidad a diferentes tipos de terreno.
En España, la popularidad de los SUVs ha alcanzado su punto máximo, representando más del 50% de las compras de automóviles el año pasado, según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos (ANFAC). Esta cifra confirma su posición dominante en el mercado automotriz español.
La reciente medida anunciada por París para triplicar el precio de estacionamiento para vehículos SUV ha generado un intenso debate en el ámbito automovilístico europeo. Sin embargo, desde la Asociación Europea de Automovilistas (AEA) surgen voces críticas que ponen en duda la viabilidad y el verdadero propósito de esta iniciativa.
Según la AEA, llevar a cabo esta medida sería altamente complicado, implicando no solo la aprobación por parte de las autoridades locales, sino también una reforma de la ley de haciendas locales. Este proceso añadiría una capa adicional de complejidad a la implementación de la medida.
Más allá de las cuestiones administrativas, la AEA plantea interrogantes sobre la eficacia ambiental de la medida. En particular, cuestionan por qué un vehículo con etiqueta ECO o 0, que supuestamente debería ser menos contaminante, estaría sujeto a un aumento significativo en el precio de estacionamiento.
Desde la perspectiva de la AEA, esta medida parece tener más motivaciones políticas y recaudatorias que ambientales. Según sus declaraciones, no se trata realmente de proteger el medio ambiente, como ha afirmado la líder del ejecutivo local, sino más bien de intereses políticos y recaudatorios.
En este escenario, Madrid ha optado por no seguir los pasos de París en lo que respecta a la regulación de los SUVs, según ha informado el diario Confidencial Digital.
