Curiosidades

¿Por qué el medidor de combustible nos miente?

No es algo accidental, los fabricantes ya nos conocen

Si alguna vez te has preguntado acerca de la precisión de la aguja –o rayita– que mide lo que queda de combustible en el cuadro de instrumentos, tenemos una mala noticia: miente. Sí, tal como lo oyes. Y da igual que tu coche sea el más nuevo del mercado. Todos ellos son un mentirosos, especialmente cuando el susodicho indicador marca menos de medio depósito. ¿Sabes por qué?

Estoy seguro de que muchos conductores han notado que si llenas el depósito al completo, la primera mitad de este se consume mucho más lentamente que la segunda. Pero no se trata de un efecto psicológico, es un punto de inexactitud del indicador de combustible. Todos los diales de marcaje son inexactos, creados deliberadamente por los fabricantes. Esta es una forma de obligar a los propietarios de sus coches a repostar mucho antes, porque saben que somos tendentes a apurar el depósito de combustible.

Sin embargo, ¿te ha pasado que tu indicador de nivel de combustible marcaba cero y resulta que el coche aún andaba? Teniendo en mente que no es sano apurar tanto, el infortunio, a veces, se escapa de nuestras decisiones. Pero, si llega el caso, ¿cómo es eso posible? Fácil: una lectura tan pesimista hará que nos agobiemos y estresemos por encontrar una estación de servicio lo antes posible. Bueno, eso y que no buscan precisamente que vayas a cambiar el el motor por eso. Es una forma de proteger al coche.

Hay quien dice que los ordenadores de a bordo son, posiblemente, la forma más precisa de determinar el consumo real, más que llenar el depósito hasta arriba, vaciarlo y rellenarlo

No es igual en todas las marcas, y ni siquiera en todos los modelos de su gama, aunque en base a algunos estudios e investigaciones, los “errores” de medición, a menudo, rondan el 5 % de error al alza, mientras que otros superan el 15 % e incluso llegan al 20 % de optimismo extra. Esto no afecta realmente a la cantidad de combustible que se guarda en el depósito y el que usa el motor del coche; pero te da una idea errónea de qué tan buenos pueden llegar a ser los consumos que hace tu compañero de viajes.

El principal impedimento para estirar el kilometraje, realmente, es el marcador de gasolina o diésel de tu vehículo, que te hace pensar que tienes menos combustible del que tienes en el depósito. Estos dispositivos son, al 99,9 %, notoriamente inexactos, y se muestran vacíos cuando quedan litros en el depósito al igual que llenos durante los primeros 100 kilómetros. En este artículo, aprenderemos por qué nuestros indicadores de combustible se comportan de la forma en que lo hacen, pero hay dos razones básicas.

Los depósitos de combustible de los coches actuales son de plástico, moldeados para estar en espacios muy reducidos. Por ende, el medidor no ofrece un resultado tan certero

La razón ingenieril se basa en la forma en que los vehículos, generalmente, detectan cuánto combustible hay en el depósito. Por lo general, el sensor es una “unidad de envío”, hecha de un flotador (parece un corcho de espuma o un tubo lleno de aire) sobre una varilla de metal larga y delgada conectada a una resistencia. Esto se adhiere a un huevo dentro del depósito, con el sensor encima del líquido. A medida que sube la gasolina, también lo hace el flotador y cambia la señal que va al dial que ves en el cuadro.

Sin embargo, cuando el depósito está prácticamente lleno, el punto de referencia llegará a la parte superior, o sencillamente llegará al lugar más alto que pueda. Entonces, al empezar con un depósito lleno, debes gastar una buena cantidad de combustible antes de que el flotador comience a moverse nuevamente, haciendo que el indicador diga que el depósito está lleno cuando no lo está. Esto también sucede cuando el sensor llega al fondo del depósito, por lo que el coche afirma estar seco aunque no sea el caso.

Existen dos partes principales en un indicador de combustible: el emisor, que mide el nivel de gasolina o diésel en el depósito, y el indicador, que muestra ese nivel al conductor

Desde el punto de vista psicológico, realmente a nosotros, a los conductores, nos gusta que se nos mienta. Con la tecnología actual, tenemos la capacidad de ver exactamente cuánto combustible queda, pero no es así. Pero, aparentemente, nos gusta tener una reserva para que podamos entrar en pánico y conducir cautelosamente a la gasolinera más cercana. De una forma similar, nos hace “sentir bien” tener la aguja en “F” más tiempo. En parte, esto se debe a la ilusión de estar haciendo un mejor consumo.  

El resultado final de la falta de fiabilidad de los indicadores de combustible en los coches es por nuestra seguridad. Esta imprecisión nos permite de antemano llenar el depósito y sentirnos seguros y más cómodos al volante. En tales casos, estamos menos nerviosos conduciendo. En situaciones en las que circulamos con el depósito vacío, por el contrario, empezamos a ponernos nerviosos, lo que afecta a nuestra conducción, lamentablemente no para mejor, y pudiendo derivar en un accidente por falta de atención.