Los coches clásicos y raros siguen siendo una inversión de alto valor para los coleccionistas. En 2023, esta tendencia se ha acentuado, con cifras récord en las subastas de estos vehículos.
El coche más caro vendido este año ha sido un Ferrari 330 LM/250 GTO de 1962, que se vendió por más de 47 millones de euros. Este modelo, con número de chasis 3765, es el único de la escudería que compitió y ganó en su categoría en los 1.000 km de Nürburgring de 1961.
En segundo lugar se encuentra un Bugatti Chiron Profilée, un modelo especial, clasificado como ‘raro’ entre coleccionistas. De este Bugatti solo existen 500 unidades y es el último modelo W16 de la compañía. Se vendió por 8,98 millones de euros.
El tercer puesto lo ocupa un Mercedes-AMG Petronas Formula One Team W07 Hybrid de 2013, conducido por Lewis Hamilton. Se vendió por 17,24 millones de euros y es el segundo monoplaza de F1 más caro vendido en una subasta.
Estos tres coches son ejemplos de cómo los modelos clásicos y raros siguen siendo una inversión de alto valor para los coleccionistas. Estos vehículos, además de su valor económico, también tienen un gran valor histórico y cultural.
El auge del mercado de los coches clásicos y raros se debe a varios factores. En primer lugar, la escasez de estos vehículos, ya que se fabricaron en cantidades limitadas. En segundo lugar, la creciente demanda de estos coches por parte de los coleccionistas, que los consideran una inversión de alto valor. En tercer lugar, el aumento del poder adquisitivo de las personas, que les permite adquirir estos coches de lujo.
Es probable que esta tendencia continúe en los próximos años, ya que los coches clásicos y raros seguirán siendo una inversión segura y atractiva para los coleccionistas.
