Tras 15 años de reclusión en las penumbras de un garaje, la historia de un Ferrari 599 GTB Fiorano sale a la luz, como una joya que apenas ha conocido el pavimento. Esta máquina de la firma del cavallino, equipada sin reparar en gastos, ha sido revelada en una subasta, contando una historia de lujo, exclusividad y un uso sorprendentemente limitado.
El corazón de este deportivo, un V12 de 6.0 litros de cilindrada, emana una potencia de 620 CV y 608 Nm de par, logrando superar los 320 km/h y alcanzar los 100 km/h desde la inmovilidad en escasos 3,7 segundos. Su elegancia y rendimiento, típicos del estirpe Ferrari, se complementan con un sistema Manettino para adaptar su comportamiento y asientos firmados por Recaro, aportando comodidad con soporte neumático ajustable.
El número de chasis 164832 fue entregado en Singapur en 2008 por el concesionario Hong Seh Motors, con volante a la derecha y un distinguido diseño: un exterior en gris Grigio Silverstone, interior en cuero rojo, asientos Daytona, instrumentación en amarillo y detalles en fibra. de carbono.
Sin embargo, a pesar de su esplendor, el vehículo ha registrado apenas 267 kilómetros a lo largo de su vida, siendo posiblemente solo unos 200 km efectivos de uso. Sorprendentemente, el propietario pagó unos 275.000 euros por este ícono deportivo para conducirlo solo unos 13 km al año.
Esta historia sale a flote porque su actual dueño, apresurado de ver un espacio del garaje ocupado por un vehículo prácticamente inmaculado, ha decidido subastarlo. Se estima que saldrá a subasta en RM Sotheby's, en Londres, el 4 de noviembre, con un precio esperado entre 172.000 y 206.000 euros.
Aunque a primera vista pueda parecer una inversión, el vehículo será subastado por menos de su precio original, lo que significa que su propietario se deshará de él sin mayores beneficios económicos. Incluso a un precio inicial, conducir cada kilómetro podría haberle costado alrededor de 515 euros, una cifra desmesurada para el usuario común, pero posiblemente insignificante para el propietario.
Esta subasta despierta la curiosidad, no solo por el bajo uso y el exquisito estado del vehículo, sino también por la decisión de su propietario de liberarse de este ícono de la velocidad y el lujo, que podría convertirse en la alegría de un nuevo afortunado apasionado. por los autos.
