Jaguar Land Rover no está haciendo las cosas bien. Ni los motores, ni la fiabilidad de los mismos ni por supuesto el servicio posventa están dando resultados, especialmente en España.
Un cliente ha mandado a juicio a la marca inglesa por no darle solución a un problema que bien podría calificarse como “endémico” en los coches diésel que realizan regeneración del filtro de partículas.
Imagina que te compras un Range Rover Sport de un mínimo de 100.000 euros recién sacado del concesionario y que te pide que le cambies el aceite cada 3.000 kilómetros.
Mantenimientos en la casa y todo hecho debidamente. Y que tras varias visitas al taller, la marca no te da ninguna solución. El resultado ha sido en este caso el banquillo y otro problema para Land Rover.
El por qué ocurre esto es sencillo. Cuando el coche realiza la regeneración del filtro de partículas requiere de combustible. Al tirar de él y apagar el coche antes de que se realice esta regeneración (algo que puede pasar dado que muchos de estos vehículos no avisan al conductor de que la está realizando), este combustible se queda a medias y cae en el cárter de aceite.
Esto hace que el nivel de aceite suba, pero lo cierto es que tiene otras consecuencias en los coches más modernos como es el caso de este Range Rover Sport que ha llevado a la marca a juicio.
@georgedelgaraje Cliente desesperado, hasta los mecánicos de la casa le dan la razón y la marca no hace nada. Que haríais vosotros?
♬ Back In Black - AC/DC
Este modelo de Land Rover es tan fino a nivel tecnológico (o al menos intenta serlo) que detecta la calidad del aceite y te dice cuándo toca cambiarlo. El problema es que este Range Rover ha llegado a una encrucijada que hace que el coche pida cambiar el aceite cada 3.000 kilómetros.
Al caer combustible en el cárter de aceite, la calidad del mismo desciende y el coche indica que toca cambiar este líquido tan fundamental para el correcto funcionamiento del motor.
La postinyección de gasoil en el filtro de partículas y el apagar el coche durante el proceso hace que la calidad del aceite descienda de forma drástica hasta el extremo de que el Range Rover tiene un indicativo que salta e indica al conductor que hay que cambiarlo. Y el coche no miente.
El problema llega cuando el cliente exige una solución a Land Rover y no se la ofrecen de forma satisfactoria para él. Cuando el propietario de este Range Rover, que costó nuevo más de 100.000 euros (dependiendo del equipamiento que montase puede llegar incluso a costar nada menos que 150.000 euros), exigió una solución no recibió respuesta. El resultado es que ha mandado a juicio a la marca.
LA AVERÍA DEL LAND ROVER
Hay quien se cree que su coche “genera aceite”. Desde luego, el motivo por el que estos conductores lo piensan no está mal planteado, pero lo cierto es que no es así ni por asomo.
Es raro, pero hay algunos vehículos cuyo nivel de aceite crece por días, aunque sea poco. Uno hace la revisión, le cambia este componente tan importante a su coche y de repente al cabo de un tiempo empieza a ver cómo el nivel de aceite marca más del que debería.
La explicación es sencilla. Esto pasa en coches diésel y que se han apuntado a esta normativa europea de menos contaminación, es decir, a aquellos que llevan a cabo cada poco tiempo una regeneración en el filtro antipartículas para reducir los niveles de CO2. Lo que lleva en el cárter de aceite no es más de lo mismo, sino gasoil. Y os explicamos por qué.
La regeneración del filtro antipartículas que realizan los vehículos diésel más modernos es para reducir los niveles de contaminación. Es un proceso complejo por el cual se busca en determinados momentos bajar las emisiones de CO2 incluso con postcombustiones de gasoil. Y es este último punto el que hace que a veces el carburante acabe en el cárter del aceite.
