Aunque no lo parezca, Volvo también tiene problemas endémicos. La diferencia con otras marcas suele ser el servicio posventa, pero lo cierto es que hay casos puntuales que se pueden escapar y que dan dolores de cabeza a sus clientes. Hablamos de una avería aparentemente endémica, tal y como se puede ver tanto en talleres como en foros de afectados, que no está precisamente popularizada y que la marca tampoco es que haga un ejercicio de comunicación muy intenso con sus clientes.
El día 16 de febrero de 2024, un propietario llevó su vehículo, un Volvo XC40 T3 del año 2019 con 50.000 km recorridos, al taller Ankara Motor Alicante debido a un ruido intenso y vibraciones en el encendido del automóvil. Tras una inspección, se le informó que el vehículo presentaba una holgura excesiva en el cigüeñal, dejándolo inmovilizado de inmediato. La solución propuesta por el taller implicaba reemplazar el motor, el embrague y otros componentes defectuosos, con una factura que ascendía a 14.445,08€, que no es precisamente poco, de los cuales el propietario debería hacerse cargo del 25%.
Este caso revela un problema grave de diseño en el motor T3 de la marca Volvo, el cual está afectando a numerosos vehículos con esta motorización. Sorprendentemente, ni Volvo Cars España ni el concesionario informaron al propietario sobre este problema antes de que surgiera. A pesar de haber realizado cuatro revisiones anuales en el taller oficial, la última de las cuales tuvo lugar en julio de 2023, el propietario nunca fue alertado sobre esta cuestión.
El hecho de que un motor, junto con todas sus piezas y el embrague, se averíen a los 50.000 km en muchos casos plantea serias dudas sobre el diseño y desarrollo de estos componentes por parte de Volvo Cars España. La asunción del 75% del costo de reparación por parte de la compañía sugiere un reconocimiento tácito de su error en el diseño y fabricación de estos motores.
Ante esta situación, el propietario ha tomado medidas para hacer valer sus derechos. Presentó una reclamación en el concesionario exigiendo una hoja de reclamaciones y también redactó un escrito dirigido a la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), buscando una solución justa y transparente a este problema.
