Las fábricas no son siempre punteras a nivel de sofisticación. Este vídeo que se ha dejado ver en las redes sociales deja claro que Dacia, la marca rumana que pertenece a Renault, tiene profesionales de todos los colores en sus fábricas.
Algunas son más rudimentarias, como es este caso de una factoría en Rusia donde un operario se dedica a ajustar el encaje de las puertas de los coches de una manera especialmente peculiar.
Concretamente, el martillo, las patadas, los puñetazos y los rodillazos son su mejor aliado para hacer que las puertas de estos modelos de Sandero encajen a la perfección. Desde luego, los clientes no tendrán queja, el operario se lo toma muy en serio.
Os contaremos la historia con más detalle en los próximos días. Así ajustan las puertas de Dacia en la factoría de Rusia. pic.twitter.com/EhVE64I4Iw
— Chasis Cero (@chasiscero) February 13, 2023
Las imágenes son peculiares, cuanto menos. El material de las puertas de los Dacia no suele ser precisamente delicado. Es duro y también flexible, como el de otras muchas puertas de otros modelos conocidos. Lo curioso es que este operario tiene carta blanca para hacer lo que considere para que las puertas encajen bien en el marco.
Para ello, tiene un martillo de goma y sus propias extremidades. Y si tiene que liarse a golpes con el propio coche para que todo encaje y su trabajo salga bien, lo hace sin ningún problema. El operario es ruso, según detallan en las imágenes.
El modelo con el que se lía a golpes es el Sandero, pero bien podría haberse lanzado con cualquier otro coche de Dacia. La realidad es que hasta no hace mucho era común que se abrieran coches con una palanca metálica al doblar directamente el marco de la puerta.
Los modelos fabricados en Rusia sufren exactamente las mismas consecuencias que algunos de los coches españoles de los 90 o de los 2000 que se abrían con cierta facilidad.
Hay que añadir que como consecuencia de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, desde Renault han decidido paralizar la actividad de sus factorías en el país.
En este caso, desde 2022, la marca francesa ya no ensambla algunos de sus modelos tanto de Renault como de Dacia en Rusia por cuestiones meramente políticas, no de rentabilidad ni de la fiabilidad de los coches.
La verdad es que ni siquiera se ha puesto en cuestión la habilidad del operario que se ha hecho viral en Internet por tratar los coches como si un modelo de los años 80 se tratara.
