De toda la vida, los Ferrari están diseñados para ser disfrutados tras el volante. A menudo, y por desgracia, muchos de ellos tan solo se usan para ser paseados un ratín en un soleado fin de semana y expuestos en el garaje de una gran casa. Eso es aun más verídico en el caso de los modelos más exclusivos de la casa del cavallino rampante, como es el maravilloso Ferrari Daytona SP3.
La firma italiana está construyendo solo 599 ejemplares de este exclusivo hiperdeportivo y, dado que cada uno tiene un precio de partida de en torno a los dos millones de euros (antes de jugar con todos los extras y personalizaciones disponibles), uno esperaría que la mayoría de los propietarios lo conduzcan con mucho cuidado por miedo a hacerles algún rasguño, por pequeño que sea. El dueño de este Daytona SP3 no es así. Nada de nada. Es consciente de que es un coche para disfrutar, y lo hace.
El popular youtuber automovilístico TFJJ se dirigió recientemente al Heveningham Concours en el Reino Unido y uno de los aspectos más destacados del evento fue este Daytona SP3. Tiene un acabado en un color rojo oscuro conocido como Rosso Libano y el propietario no solo lo ha llevado velozmente por la corta subida del evento, sino que este vídeo también lo muestra conduciéndolo como si lo hubiera robado. Tanto, que ni siquiera lo hace deslizar por terreno asfaltado, si no sobre hierba.
https://www.youtube.com/watch?v=bztTKlCKj6U
El Dayton aSP3 es el tercer modelo de la serie Ferrari Icona, tras los Monza SP1 y SP2, que pretende revivir legendarios modelos del pasado
Debajo de la impresionante piel del Ferrari Daytona SP3 se encuentra un V12 atmosférico de 6,5 litros que genera 840 CV CV a 9.250 RPM y 697 Nm a 7.250 RPM. Este propulsor está acoplado a una transmisión de doble embrague de siete velocidades que impulsa las ruedas traseras a través de un diferencial de deslizamiento limitado. Si bien este biplaza carece del sistema de propulsión híbrido del 296 GTB y el SF90 Stradale, aún puede hacer el 0 a 100 km/h en 2,85 segundos y volar hasta los 340 km/h.
Esto es algo más que loable, pues en un mundo en el que cada vez más superdeportivos e hiperdeportivos adoptan la inducción forzada o la electrificación, el Daytona SP3 es uno de los últimos de su clase. Un corazón de 12 cilindros de altas revoluciones que suena como la entrada en el cielo (que te la puedes ganar como no tengas buenas manos) y se combina a la perfección con el sonido ágil que emite la caja de cambios al subir o al bajar de marcha. Es que es muy difícil que no te guste este enérgico cavallino.
Su diseño puede ser más o menos atractivo, eso depende del gusto personal de cada uno, pero no se puede negar que, por concepto, es una auténtica maravilla de la ingeniería que cumple con las expectativas de todo purista de la marca. Quizá solo podamos recriminar la ausencia de un pedal de embrague, aunque en la práctica, muy pocos dueños sabrían sacar provecho de tanto caballaje sin que el coche acabe estampado contra una pared. Y nosotros no queremos eso, queremos verlo siendo exprimido a fondo.
