Nos adentramos en el verano y, como no puede ser de otra manera, ya se vislumbran las ansiadas vacaciones. El deseo de descansar y divertirse lejos de nuestra rutina diaria se hace cada vez más intenso. Es hora de empezar a planificar y preparar mentalmente todo lo necesario para este merecido descanso, y una de las cosas más importantes a tener en cuenta es nuestro medio de transporte habitual: el automóvil. No solo es crucial asegurarse de que el coche esté en buen estado mecánico, sino también conocer los posibles contratiempos que podrían surgir durante nuestros desplazamientos y cómo evitarlos. Por ejemplo con el nivel de combustible en el depósito. Y ten mucho cuidado con esto último, porque quedarse sin gasolina en la carretera puede suponer una multa considerable.
Existen conductores que les gusta jugar al límite, exprimiendo al máximo el tanque de combustible y dejando pasar estaciones de servicio y kilómetros mientras se dirigen a la playa o a la montaña. ¿Tú eres uno de ellos? Algunos pueden pensar que quedarse tirados en la carretera será simplemente una anécdota más del verano, pero lo que no saben, si no están familiarizados con el protocolo establecido por la Dirección General de Tráfico (DGT), es que esa decisión puede resultar muy costosa. De hecho, puede costarles tanto como las multas más elevadas que impone la DGT.
Quedarse sin gasolina en sí mismo no es motivo de multa, pero estacionar el coche de forma indebida sin una avería técnica justificada se considera negligencia y supone un riesgo tanto para el conductor como para los pasajeros y terceros. Según el artículo 90 del Reglamento General de Circulación, esta infracción conlleva una multa de 200 euros. El coche debe detenerse "siempre fuera de la calzada, en el lado derecho de la misma y dejando libre la parte transitable del arcén".
En caso de quedarse sin gasolina, es poco probable que podamos estacionar el vehículo donde queramos, ya que el motor se apaga y no disponemos de dirección asistida ni frenos para dirigirlo hacia un lugar deseado, incluso si intentamos empujarlo. A los 200 euros de multa mencionados anteriormente se pueden añadir sanciones adicionales si el conductor abandona el vehículo de forma inapropiada, señaliza incorrectamente la incidencia o no utiliza adecuadamente el chaleco pertinente.
La situación empeora aún más si el infractor decide aventurarse a buscar combustible por su cuenta, caminando hacia una estación de servicio y regresando con gasolina vertida en cualquier tipo de botella. ¡Un error fatal! Si se utilizan recipientes no homologados, como garrafas o botellas improvisadas, para transportar combustible, las multas pueden ascender a entre 2.000 y 3.000 euros. Casi nada. Suficiente para arruinar las vacaciones antes de que siquiera comiencen.
Así que si eres uno de esos que les gusta apurar el combustible, ya sabes que debes tener un poco de cuidado, porque la anécdota del verano se puede convertir en un hachazo al presupuesto de tus ansiadas vacaciones de verano.
