DGT

El motivo por el que los coches podrían ser machistas

Las mujeres tienen más riesgo de morir en accidentes de tráfico
Mujer conduciendo
Mujer conduciendo

En un entorno en el que los hombres representan la mayoría de los conductores en España y asumen el volante en la mayoría de las ocasiones al viajar en pareja, ¿existen diferencias de entre géneros al estar al mando de un vehículo? Los datos reveladores de la Dirección General de Tráfico (DGT) sugieren un panorama complejo.

Los números ofrecen una clara disparidad: el 90% de los conductores fallecidos en accidentes de tráfico en la última década en España fueron hombres. Aunque los hombres cometen más infracciones y sufren más siniestros, el riesgo de muerte en caso de accidente es significativamente superior para las mujeres.

Si bien estos datos iniciales no apuntan directamente al machismo vial, un reciente estudio de la Fundación Línea Directa en colaboración con la Universidad Pontificia Comillas destaca diferencias preocupantes. Un ensayo de choque frontal, considerando las diferencias anatómicas promedio entre géneros, reveló que en el caso de colisiones frontales, las conductoras tienen el doble de probabilidades de sufrir lesiones cerebrales graves y casi un 50% más de riesgo de sufrir fracturas craneales en comparación con los hombres.

Estos resultados han traído a la luz una problemática subyacente: la adaptación de los vehículos a las necesidades del cuerpo masculino. Los maniquíes usados ​​en las pruebas de choque, diseñados mayoritariamente con la anatomía masculina, han contribuido a la mejora de la seguridad vehicular. Sin embargo, el diseño orientado hacia la fisionomía masculina ha provocado consecuencias negativas para las mujeres.

Las diferencias de estatura se traducen en que las mujeres, en ocasiones, deben ajustarse demasiado al volante, lo que aumenta las posibilidades de sufrir graves lesiones en tórax, cara y cuello cuando se activan los airbags. Por otro lado, el diseño del cinturón de seguridad, que puede deslizarse en impactos bruscos, provoca un efecto submarino particularmente peligroso en las conductoras, provocando lesiones internas y riesgos de retención inadecuada del cuerpo en caso de colisión.

Los hallazgos de la también apuntan a que la reacción del cuerpo masculino frente al airbag es más favorable debido al tiempo extendido que los hombres tienen para investigación absorber el impacto, en contraposición a las mujeres que chocan contra el airbag antes de que se infle completamente. Este contraste provoca más torsión en el cuello y, en muchas ocasiones, un soporte inadecuado del cinturón.

Según Mar Garre, directora general de la Fundación Línea Directa, "existe una clara disparidad entre la adaptación de los sistemas de seguridad de los vehículos y las necesidades anatómicas de las conductoras, lo que resulta en una brecha significativa en la protección ante accidentes de tráfico ".

Estos resultados instantáneos son un análisis profundo y acciones concretas para la equidad en la seguridad vehicular, reconociendo la diversidad y las necesidades específicas de todos los conductores. Este estudio evidencia la necesidad de un diseño más inclusivo y equitativo en la seguridad vehicular, considerando no solo el perfil masculino, sino también el femenino para garantizar la protección de todos los ocupantes en la carretera.