En Catalunya, los cigarrillos mal apagados han sido una causa de incendios devastadores, con 268 incendios reportados en la última década, consumiendo unas 12.000 hectáreas. Un problema que se agudiza cuando estas colillas son arrojadas desde la ventanilla de vehículos.
Para abordar esta problemática, se han tomado medidas, como la instalación de señales disuasorias en las carreteras para frenar la acción de lanzar colillas desde los vehículos. Esta práctica imprudente ha sido señalada como responsable del 3% de los incendios forestales, según datos del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.
Esta infracción ha sido castigada con mayor dureza desde la reforma de la ley de tráfico en 2022, siendo considerada una acción muy grave. La multa por arrojar colillas a la vía o sus inmediatas asciende a 500 euros y conlleva la retirada de seis puntos del carnet de conducir.
La gravedad de esta acción trasciende las temporadas de verano, ya que puede provocar incendios en cualquier época del año. Además, arrojar colillas desde un vehículo puede suponer un peligro para otros usuarios de la vía, como motoristas o ciclistas, pudiendo desencadenar accidentes.
El simple acto de fumar mientras se conduce, aunque no esté prohibido, puede llevar a multas. Este tipo de acciones se considera una distracción al volante, un factor que contribuye al 32% de los siniestros viales, según la Dirección General de Tráfico (DGT).
El tiempo que un conductor dedica a encender y fumar un cigarrillo mientras conduce puede resultar peligroso. Se estima que se demoran unos 4.1 segundos en encender un cigarrillo. A una velocidad de 100 km/h, esto supone recorrer casi 114 metros sin prestar la debida atención a la carretera.
Datos revelan que un fumador típico inhala hasta 10 veces en tan solo cinco minutos que mantiene encendido un cigarrillo, lo que implica que el conductor recorre más de ocho kilómetros mientras mantiene una mano ocupada con el cigarrillo.
Además, el humo del tabaco altera la capacidad motora y cognitiva, disminuyendo los reflejos y aumentando el riesgo de accidentes, según el doctor Carlos Jiménez, presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica.
En conclusión, el riesgo que suponen las colillas y el hábito de fumar al volante no solo genera problemas ambientales sino que también pone en peligro la seguridad en la carretera. Es importante crear conciencia sobre estos riesgos para promover una conducción segura y responsable.
