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¿Alguna vez has querido conducir un coche de radio control... Desde dentro?

El Tamiya Wild One promete mucha, pero que mucha diversión al volante

Aquellos que hayan nacido en la década de 1980 son adultos ahora. Y si bien en su mayoría ya no son unos dedicados a los coches de radio control (R/C), seguramente les atraiga con la idea de poder tener una versión a tamaño completo de ese coche de juguete que amaban. Y esa es exactamente la receta que está probando The Little Car Company con el Tamiya Wild One MAX.

A la empresa británica le gusta describirse a sí misma como “la experto mundial [que no “un experto”] en la construcción a mano de automóviles junior”. En otras palabras, fabricar de manera artesanal réplicas en miniatura de coches icónicos del pasado. De hecho, su oferta de productos incluye rarezas increíbles como el Ferrari Testa Rossa J, el Bugatti Baby II y el Aston Martin DB5 Junior, del cual también se llegó a crear una versión con todos los gadgets del agenete secreto más famoso, 007.

Sin embargo, el Tamiya Wild One MAX es un producto completamente diferente a estos tres modelos. Aunque la noticia de la llegada de este modelo era conocida desde hace tiempo, no ha sido hasta ahora cuando The Little Car Company ha dado a conocer todos los detalles, incluido el precio, de la versión de tamaño real del icónico juguete nacido hace más de 40 años. Y es legal para usarlo en la carretera en toda la Unión Europea y el Reino Unido, los dos principales mercados para el buggy.

Es fin de semana, tienes mucho campo alrededor, y te apetece desfogarte un poco. ¿Qué mejor forma de hacerlo que con un Tamiya Wild One MAX a escala real?

Oficialmente llamado Wild One MAX, el artilugio es un vehículo eléctrico alimentado por no menos de ocho paquetes de baterías con una potencia total de 14,4 kWh. Debido a que el Wild One es bastante ligero (500 kg), las baterías son más que suficientes para permitir que la máquina pueda rodar por distancias de hasta 200 kilómetros en carretera, y solo la mitad cuando sale fuera del asfalto. Admítelo, sabes que le darás bastante zapatilla, que es al fin y al cabo para lo que está diseñado: disfrutar.

Las baterías son intercambiables y alimentan dos motores eléctricos de 38 CV que pueden llevar al Wild One MAX a velocidades máximas de apenas 100 km/h, que no es mucho, pero que tampoco necesita realmente más. Más que nada porque no se ha gestado con la idea de ir en línea recta marcando récords de velocidad, si no para abordar fácilmente algunos caminos todoterreno gracias a su distancia al suelo de 270 mm, las gomas off-road Maxxis de 14 pulgadas y una suspensión adecuada.

El Tamiya Wild One MAX ha sido construido para transportar a dos personas, disfrutando del paseo sobre unos asientos baquet Cobra con arneses de cuatro puntos. Una pantalla de cinco pulgadas transmite todos los datos relevantes al conductor y al pasajero. Y como se considera un cuadriciclo destinado al transporte de personas, con una serie de adaptaciones que The Little Car Company ofrece, no te importará que la policía o la benemérita te pare y te pida los papeles. Es lo bonito de ser legal.

Como se dijo, la principal noticia que rodea a este vehículo es su disponibilidad y precio. The Little Car Company afirma que el precio del Tamiya Wild One MAX es de 41.000 euros. Y los primeros 100 vehículos que se fabricarán son ediciones de lanzamiento y se entregarán como coches completamente ensamblados (la compañía comenzará a enviarlos como kits después de eso) y también tendrán algunos extras como una placa numerada de titanio en un salpicadero de fibra de carbono y un llavero del mismo material. 

La guinda del pastel son los modelos Wild One R/C que se entregarán como obsequio. Los coches teledirigidos se especificarán para que coincidan con los propios vehículos

Para tener un Tamiya Wild One MAX, deberás realizar un depósito de 3.500 libras esterlinas (4.100 euros) y esperar a que comiencen las primeras entregas el próximo año. La empresa estará tomando reservas a partir del 13 de julio. No es lo que se dice económico ni práctico, pero es realmente difícil que algún día te cruces con uno igual. Además, la calidad de los productos de The Little Car Company está fuera de toda duda, pues cuentan con el apoyo de fábrica de marcas como Ferrari y Bugatti.