Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los conductores españoles recorren, en media, unos 12.562,9 kilómetros cada año. Sin embargo, hay propietarios que apenas usan sus vehículos, lo que plantea dudas sobre la durabilidad del combustible en el depósito.
La gasolina no caduca, pero pierde propiedades con el tiempo, principalmente debido a la oxidación de los hidrocarburos que la componen, como butanos, butenos y metilnaftaleno. Este proceso se acelera por factores como el contacto con el oxígeno, la presencia de metales, la humedad, la temperatura exterior y la luz.
Se recomienda no dejar el mismo combustible en el depósito durante más de seis meses, aunque algunas petroleras aseguran que sus aditivos pueden mantener la estabilidad del carburante durante un año.
El combustible oxidado puede generar compuestos insolubles que pueden obstruir componentes clave del sistema de combustible. Por ejemplo, los inyectores pueden obstruirse, lo que afecta la cantidad adecuada de combustible que llega al cilindro, y el aforador puede quedar atrapado en el fondo del depósito, lo que impide su función de medir la cantidad de combustible.
La bomba de combustible también puede resultar afectada, ya que tendrá que trabajar más para bombear el combustible contaminado, y el filtro se obstruirá con más rapidez, lo que afectará la circulación adecuada del combustible.
En resumen, aunque la gasolina no caduca, es importante tener en cuenta que pierde propiedades con el tiempo. Por lo tanto, es recomendable no dejar el mismo combustible en el depósito durante largos períodos y mantener un mantenimiento.
