A estas alturas, estoy seguro de que estás tan cansado como un servidor de leer sobre los pocos afortunados que tienen la posibilidad de hacerse con un coche muy exclusivo en la primera ola de entregas, solo para venderlos a un precio inflado en plataformas de subastas o a concesionarios muy interesados. Es una forma extraña de ganar dinero, y resulta que Rolls-Royce también está harta de eso.
De hecho, la firma británica está buscando formas de asegurarse de que su primer eléctrico, el Spectre, caiga en las manos de personas que quieran conservarlo. Según lo recogido por Automotive News, el fabricante con sede en Crewe espera acabar con la especulación en el momento en el que comiencen las entregas de su nuevo Spectre a finales de este año. De hecho, el medio informa que Rolls-Royce ha ido tan lejos como para sugerir que cualquiera que venda su Spectre con fines de lucro será “vetado de por vida”.
En una entrevista con Car Dealer Magazine, el CEO de la compañía, Torsten Müller-Ötvös, manifestó que cualquier intento de “aprovechar” el primer eléctrico de la marca resultará en que los compradores “sean incluidos en la lista negra”. Durante el lanzamiento del coche en California, Estados Unidos, declaró: “Puedo decir que realmente estamos eliminando la necesidad de demostrar quién eres tú, qué quieres hacer con el coche: debes calificar para obtener uno y luego podrías obtener un espacio para un pedido”.
Aunque los plazos de entrega superen los 18 meses, los clientes de Rolls-Royce esperarán lo que haga falta con tal de recibir el primer eléctrico de la marca
“Si venden el coche van inmediatamente a una lista negra y eso es todo: nunca más tendrás la oportunidad de adquirir uno nuevo”, ultimó el directivo de la firma del Espíritu del Éxtasis. Y es que ha habido mucha expectación por el nuevo modelo de Rolls-Royce, el cual ya ha completado su programa de pruebas de 2,5 millones de kilómetros para convertirse en el que quizá sea “el mejor coche del mundo”, al menos en lo que se refiere a la durabilidad a largo plazo y la calidad en la ejecución de su construcción.
Recordemos que el Rolls-Royce Spectre es un coupé fastback de unos destacados 5.453 mm de longitud, 2.080 mm de ancho, 1.559 mm de alto y con 3.210 mm de batalla. Pesa 2.975 kg, pero eso no impide que su motor de 585 CV y 900 Nm empujen el conjunto hasta los 100 km/h en 4,5 segundos. Asimismo, su batería de 120 kWh ofrece una autonomía de 520 kilómetros y puede cargar a potencias de hasta 195 kW. Todo ello con el refinamiento y el lujo que un verdadero Rolls-Royce debe de proporcionar.
Hasta el lanzamiento del Spectre, había dudas sobre el éxito de un modelo 100 % eléctrico de Rolls-Royce. Nada más lejos de la realidad, ha cautivado más de lo esperado
Pero resulta que los intentos de Rolls de proteger su primer eléctrico podrían no haber ido lo suficientemente lejos todavía. Como, a pesar de sus amenazas de listas negras, Car Dealer Magazine descubrió que un concesionario de superdeportivos está muy feliz de sacar un par de Spectre recién salidos de la línea de producción. Según los informes, dicho vendedor, que se ubica en el Reino Unido, Tom Hartley, ya aseguró dos Spectre que comprará a los clientes que ya están en la lista de entregas de la propia Rolls-Royce.
Según se informa, pagó una prima de 50.000 libras esterlinas (alrededor de 58.250 euros) por cada unidad, lo que significa que contará con un Spectre a la venta en su concesionario “dentro de dos semanas después su lanzamiento”, informa el sitio web. No sabemos cómo reaccionará Rolls-Royce ante este hecho, pero una vez más, se nos recuerda que, hecha la ley, hecha la trampa. Es difícil competir contra aquellos que solo quieren lucrarse a través de la venta de un coche que puede ser realmente disfrutado.
