Mecánica

¿Problemas con tu filtro de párticulas?

Si tu vehículo diésel presenta algunos de estos síntomas, preocúpate

Todos los coches diésel más o menos modernos cuentan con un filtro de partículas, también conocido como DPF por sus siglas en inglés (Diesel Particulate Filter) y, si no usas el vehículo correctamente, puede causar problemas muy caros. Estoy seguro de que no es la primera vez que escuchas a alguien comentar que se la han clavado en el taller por el dichoso filtro de partículas.

Para empezar, decir que casi todos los coches diésel vendidos a partir de 2006 en la Unión Europea (UE) cuentan con un filtro de partículas, razón por la que todos aquellos anteriores no cuentan con etiqueta medioambiental. Esta pieza, presente en el sistema de escape del coche, puede sufrir mucho si no se les da mantenimiento adecuado o se manipulan. Aquí te explicamos exactamente qué son, para qué sirven, por qué los necesitas, cómo detectar que no está funcionando y cuáles son las soluciones.

¿Qué es un filtro de partículas diésel? ¿Cómo funciona?

Como tal, el filtro de partículas diésel reduce las emisiones nocivas de hollín al recogerlas en su interior. Cuando este alcanza cierta temperatura gracias a los gases de escape, el hollín se convierte en cenizas, limpiando los filtros internos del DPF y permitiendo que se contenga más hollín, continuando el ciclo. Normalmente, a los 160.000 kilómetros deberías de notar algunos síntomas.

https://www.youtube.com/watch?v=q4GbQgeY4Dw

El único problema es que el coche necesita ser conducido durante un cierto tiempo para alcanzar esa temperatura, si no es así, y solo se conduce en distancias cortas, el hollín no se quema y permanece dentro del filtro. En esta entrada aprenderás cómo verificar cualquier problema con el DPF para asegurarte de que no cause problemas más graves en el coche, y de paso contar con un poco más de cultura automotriz. 

Síntomas de un filtro de partículas diésel obstruido

Debido a que el sistema de escape es parte integral de un motor de combustión interna, no es recomendable tener bloqueado parte de él. Por tanto, hay signos reveladores de un filtro de partículas bloqueado, y estos empeorarán cuanto más bloqueado esté el filtro. ¿Cuáles son los principales signos de un DPF obstruido? Atento:

Testigo del DPF encendido en el cuadro de instrumentos

Si el filtro de partículas se obstruye con hollín o genera un error en el sistema, generalmente aparecerá una luz naranja en el cuado de instrumentos. Por lo norma, se ven como una caja entubada que tiene puntitos en el medio y dos salientes en los extremos (imitando a la pieza en sí en el sistema de escape), aunque pueden variar ligeramente según el fabricante. De cualquier forma, te recomendamos consulte su manual para obtener más información, no vaya a ser que te estés pensando una cosa que, tal vez, no sea.

Un motor que no genera la misma potencia 

Dado que el motor necesita sacar los gases de escape lo más rápido posible para permitir la entrada de aire y combustible, bloquear el escape restringe la cantidad de combustible y de aire que se quema. Además, todos los motores diésel modernos tienen un turbocompresor, que toma la energía desperdiciada del flujo de gases de escape y la usa para forzar mayores volúmenes de aire en el motor, mejorando la eficiencia. Si el DPF está bloqueando ese flujo de aire, el turbo no girará tan rápido como para crear suficiente presión.

Un motor que no puede subir a altas revoluciones

Además de que el motor no produce mucha potencia, es posible que no pueda acelerar en las revoluciones más altas, a veces alcanzando un máximo de 3.000 RPM. Es consecuencia de tanto de los gases de escape que restringen el ciclo habitual del motor, como de la falta de presión del turbocompresor. Como los motores generan la mayor potencia en un rango específico de vueltas, estos problemas se combinan para hacer que el automóvil se sienta extremadamente lento cuando pisas el pedal derecho. Y es preocupante.

Sale humo negro del escape al acelerar 

Todo esto es consecuencia del hollín acumulado. Si los gases de escape intentan salir, pero lo único que encuentran son residuos de combustible sin quemar, los pocos gases que salen al final están teñidos de esa carbonilla. Entonces sucede ese fenómeno que, comúnmente, conocemos como el nombre del “calamardo”. Y no, no estamos hablando de un quemador de aceite reprogramado, si no de ese coche de a pie que va humeando cual botafumeiro, en versión más oscura.

Entra cierto olor a combustible en la cabina 

Los gases resultantes de la combustión tienen que salir por algún lado, y si no sale todo por donde debe (el sistema de escape), por algún lado tendrá que escaparse. Normalmente lo intentará por las pequeñas fugas o juntas que puedan existir en el vano y, en consecuencia, llegan al habitáculo. Por lo tanto, si tu coche huele a gasoil con todas la ventanillas subidas, es probable que haya cierta obstrucción en sistema DPF. Eso, o una fuga de combustible. El coche tendrá que pasar por el taller irremediablemente.

Los consumos aumentan sustancialmente

Piénsalo: si tu intentas correr, pero alguien te lastra enormemente la espalda, gastarás más energía y, encima, te moverás mucho más lento. Algo así ocurre aquí. Al no haber un ciclo de cuatro tiempos óptimo, el motor no es capaz de quemar eficientemente el combustible, lo que deriva en más gasoil desperdiciado sin que se replique en el rendimiento del coche. Además, como veremos ahora, si el coche cuenta con un sistema de regeneración del DPF, beberá gasoil como lo harías tú un sábado noche.

¿Y no tiene mi coche un sistema de regeneración del DPF?

Si tu coche es relativamente moderno, ya está preparado para evitar esta situación. En esos casos, el cerebro electrónico del vehículo (ECU) detectará cuándo es necesario ejecutar una regeneración del filtro de partículas y comenzará una cuando se cumplan las condiciones. Sin embargo, eso no significa que el problema esté solventado. Conducir incorrectamente a la vez que hay una regeneración en progreso puede causar aún más daños al DPF, y aquí te explicamos cómo saber si una regeneración está en progreso y qué hacer: 

  • Ralentí alto: el motor permanecerá a 1.500-2.000 RPM mientras estás parado.
  • Exceso de calor debajo del coche.
  • Consumo de diésel elevado: ​​la lectura de consumo instantáneo se reducirá a la mitad. 
  • Aparece un mensaje de advertencia, bien en el cuadro de instrumentos o pantalla multimedia.

¿Qué tengo que hacer si el DPF se está regenerando?

Es aconsejable leer el manual del propietario antes de hacer nada, pero el consejo general es el siguiente:

  • Continúa conduciendo en carreteras cuyo límite de velocidad sea de, al menos, 90 km/h.
  • No pares durante 30 minutos o hasta que el testigo del DPF se haya apagado.
  • No apagues el coche ni lo dejes al ralentí durante mucho tiempo. Cuanto más bajo de vueltas vaya el motor, peor.
  • Vigila el depósito de combustible, pues gastarás mucho más que en las condiciones normales.

Algunos fabricantes son diferentes, por lo que es mejor verificar las señales específicas y los testigos del cuadro de instumentos que mostrará tu vehículo, especialmente si sientes que tu DPF se está obstruyendo. En caso de no poder cumplir con los crieterios anteriores, la ECU puede cancelar la regeneración. Esto significará que la mayoría de las acumulaciones de hollín permanecerán. La  conducción continua a velocidades bajas empeorará el problema y puede requerir una limpieza manual del DPF, es decir, dinero.

¿Qué pasa si el  DPF no se puede regenerar?

Como justo acabamos de mencionar, habría que hacer una limpieza a mano para eliminar y disolver químicamente la acumulación de hollín. Si el proceso de regeneración ha fallado en varias ocasiones, especialmente en las condiciones ideales, es posible que incluso debas de reemplazarlo por completo. Por lo general, lo primero será quitar el DPF y empapar el hollín acumulado con un disolvente, y esperar.

Si el problema ya no es subsanable, hay que poner uno nuevo, pues es ilegal circular sin el filtro de partículas (y no pasarás la ITV, por supuesto). En general, la mayoría de los talleres te podrán quitar y reemplazar el DPF, y por ello te cobrarán desde 800 hasta más de 3.500 euros, dependiendo del modelo. Por eso es mejor cuidar tu motor y darle algo de alegría cuando salgas a carretera (siempre con el motor en temperatura). Apura las revoluciones de vez en cuando, el motor no se rompe. De hecho, prolongarás averías como esta.