Consejos

5 razones por las que conducir con el depósito casi vacío es una mala idea

Puede provocar daños muy costosos a tu mecánica

Si estás aquí, es porque, o bien te gusta apurar o bien buscas refutarle a alguien lo mala idea que es ir con el depósito de combustible casi vacío. Tratar de maximizar el kilometraje en la reserva puede llegar a ser muy perjudicial para el coche, aunque no lo creas. No solo porque un día puedas estar lejos de una estación de servicio y el coche pueda dejar de proporcionar movimiento, si no porque habrá muchos elementos mecánicos sufriendo.

Es innegable que todos hemos estado conduciendo el testigo de la reserva se ilumina en el salpicadero. Para algunos, eso va acompañado de sentimientos de pánico y ansiedad. Otros, por contra, se lo toman como un desafío para tentar al destino. Ya sea que se te haya hecho tarde o, simplemente, no hayas prestado atención (que puede pasar), encontrarte con poco combustible puede pasarle a cualquiera. Pero, como decía más arriba, hacerlo de una forma habitual no es algo que nadie te vaya a recomendar.

La razón principal por la que no debes hacer funcionar tu coche con poca gasolina o diésel es porque puede causar que las diferentes partes del motor se sobrecalienten. Quedarse sin combustible afecta negativamente a varios componentes importantes, como la bomba de combustible, el propio bloque o el convertidor catalítico, como veremos a continuación. Es como si quisieras correr... Cuando te estás muriendo de sed, en el sentido más estricto de la expresión. Para el coche, las consecuencias son iguales.

Claro, ¿cuánto combustible es “demasiado poco”? Cuando el testigo de la reserva (ese con la apariencia de un surtidor de gasolina) se enciende, es el momento de no apurar más

Cuando un depósito de combustible está vacío, el motor comienza a aspirar aire junto con el poco combustible que quede. El aire que se aspira del depósito puede parar el motor de una forma intermitentemente, primera señal de que deberías de haber parado en la gasolinera antes. Además, como en un alcohol de destilación casera, los combustibles tienen residuos que se van asentando en la superficie del depósito, residuos que son aspirados hacia el bloque (y más cuando el repostaje suele ser de mala calidad).

Daños por sedimentos en el fondo

El combustible contiene una gran cantidad de productos químicos y aditivos en su interior, lo que significa que los contaminantes y los lodos llegarán al depósito. Con el tiempo, estos depósitos se asentarán en el fondo del tanque y se convertirán en una sustancia sólida. Si llevas a menudo el depósito vacío, es probable que la bomba succione ese combustible del fondo junto con el lodo. 

Si bien el filtro de combustible atrapará la mayor parte de él, algo siempre llega al propulsor para fastidiarte los inyectores. Esto derivará en unos consumos muy altos y, seguramente, en un motor que funciona con dificultades. Eventualmente, puede incluso causar problemas más serios que requieran reparaciones muy costosas, como una válvula de escape cascada o un desgaste excesivo de los pistones y las paredes de los cilindros por falta de lubricación en su interior.

Daños en la bomba de combustible

El trabajo de la bomba de combustible de tu coche es enviar gasolina al motor. Esta bomba está sumergida en el depósito de gasolina donde, por diseño, usa combustible para enfriarla y lubricarla. La mayoría pueden durar toda la vida útil del coche, pero cuando funciona bajo condiciones de vacío, es posible que la bomba se sobrecaliente, lo que puede provocar una costosa avería. Normalmente, hay que quitar y drenar el depósito para cambiar la bomba, y si sumamos la mano de obra, podría costar más de 1.000 euros repararlo.

Daños al bloque motor

Motor Mercedes-Benz OM602
Motor Mercedes-Benz OM602

Para empezar, cuando el motor no recibe suficiente combustible, puede derivar en cilindros que fallan. Pero el mayor riesgo es, si viajas a altas velocidades y revoluciones, el cerebro (la ECU) del coche pedirá una mezcla de aire y combustible más rica para evitar daños al motor. Si la bomba no puede hacer llegar el combustible necesario, escucharás traqueteos y, de un momento a otro, el coche se parará por fallos de encendido. Como suele pasar, si alargas la agonía, la situación puede acabar en algo peor que limpiar un depósito.

Daños al catalizador

El catalizador, o convertidor catalítico, se encarga de descomponer los residuos nocivos que en salen por el tubo el escape para transformarlos en emisiones “más seguras”. Esto lo consigue a través de reacciones químicas que involucran metales preciosos, una de las razones por las que son un objetivo popular de los amigos de lo ajeno. Pero esos materiales reactivos no están diseñados para interactuar con combustible puro.

Contrariamente a la intuición popular, cuando te quedas sin combustible, se puede entregar más combustible puro al catalizador que cuando tienes el depósito lleno. Eso es porque si tu motor falla, el combustible llega al convertidor catalítico y hace que se sobrecaliente. Pero el riesgo es mínimo, porque si no tienes mucho combustible para enviar al motor, es difícil que dure mucho tiempo este sufrimiento para la preciada pieza.

Quedarte tirado en la carretera

Esto es más peligroso para ti que para la mecánica de tu coche en sí. Pero si pretendes dejar el depósito vacío, corres el riesgo de quedarte varado en la vía y convertirte en un peligro instantáneo para otros conductores. Imagina que te paras al afrontar una tramo ascendente con otros vehículos que se mueven rápidamente detrás de tuya. Ah, bueno, y que también te puedes llevar una desagradable multa.

Además, un vehículo calado significa que los frenos y la dirección asistida también pierden toda su gracia, lo que hace que sea aún más difícil conducir o evitar que el coche retroceda, lo que podría provocar un accidente. Este es uno de esos casos en los que lo barato puede resultar caro, pues no echar aunque sean 10 euros de combustible a tiempo, puede suponer en llegar tarde a casa por tener que llamar a la grúa y en una factura de más de un millar de euros. Por lo tanto, si te salta la reserva, intenta repostar cuanto antes.

Normalmente, las reservas de los turismos oscilan entre los 5 y 10 litros, normalmente con la idea de cubrir un máximo de 50 a 100 kilómetros antes de quedarse totalmente seco

En resumidas cuentas, intenta mantener una práctica de echar combustible cuando la marca del cubicaje del depósito alcanza el último cuarto. Esto no solo evitará daños en el sistema de inyección de combustible, sino que, en caso de emergencia, siempre tendrás una cantidad mínima de gasolina o diésel en el depósito como para conducir hasta la estación de servicio más cercana. A modo de guía, la mayoría de los coches ofrecen una reserva suficiente como para calcular una autonomía máxima de entre 50 y 100 kilómetros.