Con la mano en el corazón, limpiar el coche a mano no es lo que se dice divertido, aunque sí entretenido, sobre todo cuando el sol del crudo verano y el frío invierno nos acompañan. Al final, tienes que hacer un montón de cosas que son tediosas, como ir a por el agua y a por productos de limpieza. Luego, de haber lavado el exterior, deberás hacer lo propio con el interior. Hay quienes lo hacen con gusto, pero a veces resulta más un deber que una idea emocionante.
En ese momento, se te enciende la bombilla y te acuerdas de que en el lavadero tienes la solución: el túnel de lavado, o el autolavado. En menos de cinco minutos tendrás todo el trabajo de carrocería hecho. Ahorramos tiempo, quizá dinero y todo es mucho mejor. Porque, al final, estas máquinas han costado muchísimos miles de euros y han sido desarrolladas por gente con cabeza, que sabe que hay que quitar toda la suciedad del exterior con el mismo mimo que a mano, pero notablemente más eficiente.
En la idea primigenia es esa, pero en la práctica de vida real, se encargan de lijar la pintura del coche, en el sentido más estricto de la acción. Porque no solo no es que no puedan llegar a muchas zonas donde las manos sí llegan, si no que también te esta dañando el exterior. Y como todo merece una explicación, tratemos de entender por qué meter el coche al autolavado, un lugar donde han atravesado una ingente cantidad de sucios coches previamente, no es la mejor de las ideas si pretendes cuidar la carrocería y la pintura del coche.
Un lavado básico, normalmente, apenas es un poco de jabón y un enjuague. Aún con el soplado final, inevitablemente, cuando el coche vaya acerándose hacia la luz, lo más probable es que, lo primero que veas, sean infinitas marcas de agua en el parabrisas. Te bajarás con orgullo del resultado de la carrocería y las llantas, pero según te vas fijando con detalle, ves que apenas está mejor que antes, pero lo que es limpio, limpio... Literalmente, solo necesitas un poco de paciencia para hacerlo mejor, no se requisita experiencia previa.
Si de verdad no te atrae nada, pero que nada de nada la idea de intentar lavar el coche mano, hay otra opción disponible, aunque hay que pagarla. Hablamos de lugares especializados en el lavado de coches donde incluso podrías tenerlo más reluciente que recién salido de fábrica. Lo que se dice a estrenar. El precio para obtener resultados profesionales y de calidad suele partir en torno a los 150 €, pero si los puedes gastar en un lavado así, serán bien invertidos.
Por supuesto, ten cuidado del lugar al que vas a acudir. Lamentablemente, algunos de estos lavados de “premium”, como algunos coches, es resultado no difiera nada que el de algunos de los más “low cost”. En estos casos, y como a un buen mecánico, si tienes a una persona de confianza, mejor que mejor. En caso de que no, siempre pueden echar un vistazo a las reseñas de local. Para estas cosas, a veces es mejor gastar algo más de tiempo en hacer las cosas bien y no dar el dinero a unos estafadores.
Ahora, pasemos a ver el lado técnico de un túnel de lavado. Es bastante sencillo: una cinta transportadora engancha y mueve el coche arrastrándolo por su interior. Cuando comienza la fase de lavado, agua y jabón mientras es rociado sobre la carrocería y los cristales mientras es cepillado por enormes rodillos. El broche final lo pone el secador de alta potencia a la salida del túnel. Y de todos estos participantes, los peores son los grandes cepillos giratorios. Piénsalo, ya han sido utilizados en muchos otros coches previos, y eso hace que toda su suciedad se incruste y se peguen en las cerdas.
En otras palabras, todo de lo que quería deshacerse el que entró antes que tú, va directo a la pintura de tu coche a muchas revoluciones por minutos. Con suerte, es como si estuvieses pasando un papel de lija sobre la carrocería, uno muy fino, pero abrasivo igualmente. Es por eso por lo que luego distingues formas circulares y remolinos en la pintura. Eso, son miles de arañazos diminutos que, con el paso de los años, hace que la pintura se vea opaca y desgastada.
Entonces, si el coche no queda tan limpio, y encima se estropea la carrocería, ¿de verdad merece la pena el túnel de lavado? Yo diría que depende de lo que aprecies a tu coche, pero no parece tan alentador como ahorrarse un poco de dinero y lavarlo con la fuerza de tus hombros y el sudor de tu frente. Tienes actividad física al aire libre, tu coche se queda más limpio y tu cartera menos vacía.
