DGT

Pere Navarro, director de la DGT, no quiere "ni ver" los coches, pero usa 'motosharing'

El director no utiliza su coche particular, solo motosharing.
Pere Navarro
Pere Navarro

Se llama Pere Navarro. Y es el creador de algunos ‘greatest hits’ como el de bajar la velocidad máxima en las autopistas y autovías de 120 kilómetros por hora a 110 para luego volver a subirla. La idea inicial era la de reducir el consumo de carburante, pero lo cierto es que sentó las bases para una de las etapas más broncas para la DGT.

Los responsables de prensa de la Dirección General de Tráfico, que solo vela por nuestra seguridad, están en cierto modo algo “hostiles” con la prensa desde que Navarro tomó los mandos. Y ahora que parece que la etapa de este polémico director general de Tráfico llega a su fin, muchos respiran aliviados.

La obsesión de Pere Navarro es entorpecer cuanto más se pueda el tráfico y conseguir que los españoles cojan el vehículo propio lo menos posible. La idea de este director de Tráfico es que no haya tráfico.

Pero lo más curioso es que fuentes directas de la DGT aseguran que Pere Navarro es leal a esa premisa y no le gusta tocar prácticamente ningún vehículo. Lo que cuentan estas fuentes es que “de vez en cuando” coge alguna scooter de ‘motosharing’, pero no le gusta normalmente conducir.

Esta realidad es popular en la DGT, pero nadie la comenta. Lo que sí se cuenta es que la forma de aplicar la normativa por parte de Pere Navarro no ha dejado las siglas de la Dirección General de Tráfico dentro de los bombos más populares.

Que “no le guste” conducir es una de las claves para entender por qué hay más de uno en el propio Gobierno que esté deseando que acabe la legislatura para poner en marcha una operación de “lavado de imagen” de la Dirección General de Tráfico. Hay más de uno que entiende desde dentro que la popularidad de la DGT ha caído en picado por las obsesiones personales de Pere Navarro.

Reducir las cifras de muertos es una de las pocas consignas loables que le reconocen las fuentes a Navarro, pero no gustan los métodos mediante los cuales pretende conseguir sus objetivos. Todo vale, pero Navarro ha tocado siempre y con especial obsesión la velocidad, cuando no siempre es la causa principal de los siniestros.

La nueva cruzada de Navarro que sí ha sido aplaudida desde dentro ha sido la de perseguir el uso del teléfono móvil mientras se conduce. Pero esto no significa que el director de Tráfico al que no le gusta conducir haya renunciado a su premisa de perseguir los excesos de velocidad incluso forzando la propia normativa de la DGT.

Esta Semana Santa se han dejado ver más de uno y más de dos radares veloláser colocados de formas especialmente polémicas. Aún así, todos estos antecedentes no disipan el sentir general de que hay que apartar a muchos primeras espadas de la DGT.

Pere Navarro no conduce, no utiliza apenas el vehículo propio en su día a día y su obsesión, según detallan quienes le conocen y él mismo, es la de mejorar las cifras de muertes en carretera a golpe de hacer que se coja mucho menos el coche particular.

Las nuevas medidas del Gobierno en referencia a los peajes obligatorios han sido bien recibidas porque se supone que se hará coger menos el coche. Pere Navarro, aún así, está pendiente de ver si le renuevan o no en caso de que el PSOE revalide su paso por la Moncloa.

Hay fuentes de su departamento que aseguran que no tiene intención de repetir aunque le vuelvan a encargar hacerse cargo de la Dirección General de Tráfico, pero lo cierto es que de momento sigue al frente a pesar de lo que quieren muchos.