Mapfre, Mapfre, Mapfre. Los talleres no están precisamente contentos con la forma de trabajar de esta compañía. Pero si entramos a escuchar las historias de los clientes, son aún más desoladoras. Pese a que en CHASIS CERO solemos centrarnos en coches, esta historia está centrada en en una Aprilia RS 660 recién sacada de un concesionario. El relato se centra en un fallo cometido por un trabajador, un siniestro inesperado y sobretodo toda la originalidad de Mapfre para intentar librarse de cubrir su responsabilidad.
Todo empieza en un lavadero frente al centro comercial de La Vaguada, donde el propietario de una Aprilia RS 660 decide llevar su moto para que la limpien para poder acudir a una concentración. La llevó al lavadero con la mala suerte de que el trabajador que se encargaba de limpiar la moto utilizó literalmente un ablanda grasas de cocina que destrozó toda la pintura del vehículo, incluida la del chasis. La empresa asumió la culpa de todo, como no podía ser de otra manera, e insistieron en que tenían contratado un seguro para poder hacer frente a estos indeseados fallos. Lo que no dijeron y lo que no se esperaban ni ellos fue que ese seguro lo daba Mapfre. Y ya nos podemos esperar lo que viene.
La moto se la compró nueva, en el concesionario, en 2022 y estos hechos tuvieron lugar en abril de 2023, es decir, que no había pasado ni un año y la moto estaba completamente en garantía. Como la culpa no fue del concesionario, sino de los trabajadores de establecimiento ubicado cerca del centro comercial La Vaguada, Mapfre tuvo que lidiar con el seguro contratado por el propietario de la moto (Mutua Madrileña) para intentar solucionar el problema, pero no sin antes intentar hacer algunos chanchullos para no pagar lo que debían.
Peritaron la moto con la sorpresa de que estaba prácticamente siniestra. Los daños afectaban desde el chasis hasta el carenado de la moto. Todos los componentes estaban afectados a nivel estético y no había una reparación sencilla. El presupuesto dado al cliente fue de nada menos que de 14.163,31, tal y como ha podido comprobar en el documento CHASIS CERO. Para hacernos una idea, en 2022 la moto costó al comprador 12.000 euros. Con estos números, Mapfre no sabía que hacer y tras varios meses de espera llamaron al cliente, según detalla, para dejarle claro qué es lo que iban a hacer. Los trabajadores de la compañía de seguros miraron cuánto costaba más o menos esta moto en el mercado de segunda mano. Al ver que eran unos 10.000 euros, llamaron al cliente para hacerle una propuesta descabellada.
La idea de los trabajadores de la aseguradora era sencilla: entendían que el propietario podía vender su moto por unos 7.500 euros en el mercado de segunda mano. Una vez hecho, entrarían ellos indemnizando con 2.500 euros al dueño de la Aprilia para que, sumando uno y otro, pudiera comprarse otra moto de segunda mano.
Por supuesto, el propietario de la RS se negó y pidió a su aseguradora que interviniera para intentar solucionar el problema. Pero Mapfre insistía en que los daños eran solo estéticos y que no veían bien pagar un coste de unos 12.000 euros para indemnizar al cliente que solo pide que le den una moto nueva o que se hagan cargo de los daños generados por el trabajador del establecimiento cercano al centro comercial La Vaguada. Todavía el caso sigue abierto y dando vueltas, pero originalidad a Mapfre no le faltó para no pagar lo que debían. Como colofón de esta historia, decir que en la página web del lavadero ubicado frente al centro comercial de La Vaguada dejan claro que utilizan productos de primera calidad para limpiar los vehículos.