Combustible

Su coche se avería por echar diésel en una gasolinera lowcost y la reparación le cuesta 7.000 euros

Gasolinera
Gasolinera

En el mundo del motor, la fiabilidad del combustible es crucial para el correcto funcionamiento de nuestros vehículos. Sin embargo, en ocasiones, incluso las estaciones de servicio más confiables pueden sufrir fallos que ponen en peligro nuestros motores y nuestros bolsillos. Esta vez, es Granasol la estación de servicio en el punto de mira, específicamente su sucursal en Ogíjares, un pequeño enclave en la Vega de Granada.

Según cuenta el diario Ideal de Granada, tres casos de averías relacionadas con el combustible de esta gasolinera han salido a la luz, con detalles espeluznantes que hacen temblar a cualquier conductor. Dos de estos casos específicos han resultado en reparaciones que podrían costar hasta 7.000 euros y 2.400 euros respectivamente. Los inyectores de los vehículos afectados sufrieron daños irreparables durante el verano del año pasado, causando estragos en las carteras de los propietarios.

El origen del problema, según un comunicado emitido por Granasol, fue un "fallo en el tanque" que resultó en la entrega de diésel en condiciones inadecuadas. Este fallo, descrito como una "rotura en el suelo del tanque" que permitió la filtración de agua, junto con el mal funcionamiento del sensor de agua para evitar estos incidentes, ha dejado a muchos conductores preguntándose quién asumirá la responsabilidad de las costosas reparaciones.

La buena noticia es que Granasol ha anunciado que cubrirá los costos de las averías a través de su seguro, lo que al menos proporciona un alivio temporal para los afectados. Sin embargo, ¿qué sucede cuando una estación de servicio no está tan dispuesta a asumir la responsabilidad?

Según el artículo 147 de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, los proveedores de servicios son responsables de los daños causados a los consumidores, a menos que demuestren haber cumplido con todos los requisitos y cuidados necesarios. Esto significa que los conductores afectados deben tomar medidas para proteger sus derechos y sus carteras.

En primer lugar, conservar todas las pruebas posibles, desde recibos de compra hasta muestras de combustible, es fundamental. Luego, es importante comunicar el problema tanto a la estación de servicio como a las autoridades pertinentes, como la Guardia Civil y los organismos de consumo. Además, obtener un informe oficial del taller mecánico sobre el problema y sus causas puede ser crucial para respaldar cualquier reclamación.

Este no es el primer incidente de este tipo que involucra a estaciones de servicio en Granada. En el pasado, instalaciones como Petronachil, también gestionadas por Granasol, han enfrentado problemas similares, incluido el suministro de diésel con niveles de azufre por encima de lo permitido, lo que resultó en daños costosos para los propietarios de vehículos.

Aunque situaciones como estas son preocupantes, es alentador ver cómo los conductores están defendiendo sus derechos y exigiendo responsabilidad a las estaciones de servicio. La lección aquí es clara: la vigilancia y la defensa de los consumidores son fundamentales en la industria del motor, y debemos estar preparados para actuar cuando la calidad y la seguridad se vean comprometidas.