Curiosidades

¿Alguna vez te has preguntado por qué te gusta el olor de la gasolinera?

Porque existen dos posibles respuestas a este curioso vicio

Si alguna vez te has preguntado por qué no puedes resistirte al olor a combustible cuando llenas el depósito, estás de suerte. Por lo visto, existen dos posibles razones por las que hay a algunos humanos a los que nos resulta atractivo el olor del gasolina (o diésel, aquí no se juzga a nadie). Una de ellas es bastante extraña.

Citando un estudio de investigación de la Universidad de Liverpool (UOL), The Drive informa la primera de las teorías es psicológica y tiene como punta de partida la premisa de Marcel Proust. El fenómeno Proust, que lleva el nombre del novelista francés, plantea la hipótesis de que el olfato puede desencadenar recuerdos especiales “vívidos”. Los investigadores de la UOL han afirmado que nuestro sistema olfativo (la función sensorial utilizada para oler) está cerca de las partes de nuestro cerebro que se ocupan de la memoria y las emociones. 

En base a esta proximidad, es muy posible que aquellos que disfrutan del olor a combustible también hayan vivido momentos preciados asociados a dicho olor. Esto podría ser cualquier cosa, desde el momento en que compraste tu primer coche e hiciste tu primer repostaje a los recuerdos que tengas de tus padres cuando llenaban el depósito antes de salir camino a las vacaciones de verano. Y si bien apelar por el aspecto emocional puede ser una razón más que válida, la segunda razón es un poco más oscura y se basa en una teoría fisiológica. 

Gasolinera 2

Por si no lo sabes, la gasolina contiene cantidades muy finas de benceno. Los investigadores de la UOL plantearon la hipótesis de que este elemento adormece el sistema mesolímbico de nuestro cuerpo, proporcionándonos una sensación placentera por un breve momento. El benceno también se puede encontrar en el pegamento, el humo del tabaco y la pintura, por lo que ya te irás haciendo una idea de por dónde van a ir los tiros. Todas estas cosas tienen un aroma que algunas personas encuentran atractivo, no es que estén idas de la olla.

El químico no es exactamente bueno para la salud como cabría esperar. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la ingesta de altos niveles de benceno puede provocar síntomas que van desde dolores de cabeza y temblores, a latidos cardíacos irregulares e incluso perder el conocimiento. Pero descuida, si te gusta el olor de los vapores de la gasolinera, no temas. El benceno constituye una pequeña parte de la gasolina, una que no nos afecta apenas. Pero teniendo todo esto en cuenta, tampoco lo recomendaríamos.

Los buenos recuerdos asociados con el olor a gasolina son buenos. Inhalar gas puede zombificar nuestros cerebros con benceno y eso es malo. Así que disfruta del viaje al pasado en la gasolinera la próxima vez si quieres, pero no te demores demasiado. De todas formas, con tan solo con ver el precio actual del diésel y de la gasolina, se te quitarán las ganas de estar mucho rato.