A lo largo de la extensa historia automotriz han existido innumerables coches pasionales. Coches que muchos realmente solo hemos podido tener en un póster (o en una imagen en la galería del móvil). Como suelen decir, el tiempo todo lo cura, y muchos de ellos se pueden encontrar en el mercado de ocasión a un precio más accesible. Uno de los más codiciados –antes y ahora– es el BMW M3 (E46), uno de los elegidos por Ángel Gaitán.
La tercera iteración del popular modelo de la Bayerische Motoren Werke marcó un antes y un después en la mentalidad del entusiasta. Porque no solo se trataba de un vehículo veloz, también se postuló en el 2000 como la referencia sobre cuatro ruedas a nivel dinámico. Hoy en día, es considerado el M3 más equilibrado de todos los que han existido, gracias a un mix prácticamente idílico entre lo digital y lo analógico. Bueno, eso, y el potente motor de seis cilindros en línea atmosférico junto con una puesta a punto envidiable.
Hablando de su corazón mecánico, el bloque S54 del M3 (E46) es considerado por muchos como uno de los mejores propulsores de BMW. La unidad de 3.2 litros entregaba 343 CV a 7.900 rpm y 365 Nm a 4.900 rpm; 360 CV y 370 Nm en la versión CSL. Para la época, que los seis pistones pudiesen alcanzar una velocidad de 20 m/s era algo inaudito, una tecnología heredada de cuando la marca estaba presente el Campeonato del Mundo de Fórmula 1. El peso del conjunto partía en 1.570 kilogramos, aceptable para su tamaño.
Por supuesto, la caja de cambios manual de seis relaciones formaba parte de la dotación de serie. Sin embargo, aprovechando el auge de las cajas de cambio automáticas en coches de alto rendimiento, BMW aprovechó la oportunidad para introducir la transmisión secuencial SMG II, la cual se podía operar a través de unas levas ubicadas detrás del aro del volante (sí, suena normal en 2023, pero hace dos décadas era toda una revolución). Ofrecía hasta seis programas, y en el mejor de los casos subía de marcha en 80 milisegundos.
Aunque esta fuese una opción “obligada” para aquellos que querían marcar el mejor tiempo en la pista, el paso del tiempo nos ha demostrado que optar por la transmisión manual era la opción acertada, salvo que tuvieses un M3 CSL, únicamente disponible con el cambio SMG II. En el peor de los casos (M3 Cabrio SMG II), completaba el 0 a 100 km/h en 5,5 segundos, mientras que en el mejor de ellos (M3 CSL) completaba el mismo registro en 4,9 segundos. La punta, en cualquier caso, estaba limitada electrónicamente a 250 km/h.
Por último, destacar en especial al M3 GTR, que venía equipado con un propulsor V8 de 4.0 litros que generaba 500 CV y 480 Nm y, encima, pesaba 1.350 kg. De ellos, solo se hicieron 10 ejemplares aptos para circular en las vías públicas a razón de 250.000 euros cada uno en 2001 (unos 410.000 euros en 2023). Por supuesto, esta vertiente del coupé germano ha sido ensalzado gracias al videojuego Need For Speed: Most Wanted (2005). Si encuentras alguno a la venta, que lo dudamos mucho, es posible que pidan más de seis cifras.
Es por eso por lo que es mucho más factible hacerse con BMW M3 (E46) convencional, ya sea en forma de coupé o de descapotable. Las unidades más “gastadas” coquetean con los 20.000 euros, mientras que un ejemplar con algo más de garantía se acerca e incluso supera los 30.000 euros. Aquellos que tengan fichado el coche desde hace años sabrán que su valor no ha parado de aumentar en los últimos años (sí, hubo una época en la que rondaban los 15.000 euros), pero es una apuesta segura. Porque no es un BMW, es “El BMW”.