El Renault Zoe no es un mal coche, pero es víctima de los mismos problemas que dan todos los eléctricos: la autonomía real. El propietario de GT Automoción, Ángel Gaitán, fue uno de los primeros que decidió comprarse uno.
No hay queja en cuanto a fiabilidad se refiere. Pero el sistema de medición de autonomía que rigen los coches eléctricos le ha jugado una mala pasada que se agrava en invierno. El paso de los años afecta a todos los vehículos, pero con los coches eléctricos más antiguos literalmente los deja para “coche para el pueblo”.
e los 210 kilómetros de autonomía que vendía la marca (que nunca llegó a hacer) a los 95. Este es el drama de todos los coches eléctricos que sigue afectando a los nuevos modelos.
El caso de Ángel Gaitán no es un caso aislado. Cualquiera que se considerara pionero en estas cuestiones de la compra de un coche eléctrico sabe de lo que estamos hablando. La batería del Zoe de Gaitán está algo deteriorada, concretamente el vehículo le indica que el estado es del 81% de su capacidad. Se ha erosionado nada menos que casi un 20%.
Aun así, no es del todo justificable los kilómetros que se ha hecho hasta quedarse seco respecto a lo que vende la marca en su ficha técnica. Renault aseguraba en su ficha que la autonomía total del Zoe de 2014, año del que es este coche, era de 210 kilómetros. La realidad es que unos años después y 87.601 kilómetros tras haber sido comprado de fábrica, el coche solo se ha hecho 95 kilómetros antes de quedarse seco.
@angel_gaitan_oficial #angelgaitan #renault #zoe ♬ sonido original - Ángel Gaitan
En este caso, hablamos de un vehículo que duerme en garaje, que no sufre las inclemencias del tiempo y que ha tenido todos sus mantenimientos al día. Casi diez años después, parece casi un mérito que el Zoe solo haya perdido un 19% de la capacidad de la batería (los expertos advierten que la durabilidad de este componente se suele ir al carajo a los seis años), sin embargo, esto no se puede extrapolar a la autonomía que presentan.
Los vehículos eléctricos más modernos no tienen tanta degradación. Este modelo del que hablamos es del 2014, pero aún así no deja de ser llamativo cómo el sistema de medición de autonomía se aleja tanto de la realidad. Y más con el paso del tiempo. Cuando se muera, la reparación de la batería vale entre 12.000 y 15.000 euros.Si te quieres comprar un coche eléctrico, no te fíes ni lo más mínimo de la autonomía que te venda la marca.
EL SISTEMA
Este es el resumen que vale prácticamente para cualquier modelo dado que la Worldwide Harmonized Light-Duty Test Procedure (WLTP), el nombre que se le puso al nuevo estándar centrado en la medición de CO2 y alcance en vehículos, se permite el pequeño lujo de mostrar unos resultados que, en la práctica, poco tienen que ver con la autonomía real de cualquier eléctrico.
Algunos te dirán que tiene 300 kilómetros, otros 500 y los más venidos arriba hasta 700, pero el problema es que cualquier detalle puede influir en esa realidad.
En la práctica es algo similar al consumo que acreditan los coches sobre sus modelos de combustión, pero con la salvedad de que en este caso la cifra tiene tantas variables que te pueden dejar sorprendido.
El famoso experimento de Auto Bild con 36 coches eléctricos a 130 kilómetros por hora dejó claro que las medidas de WLTP no son precisamente fieles a lo que dictan las marcas, pero la clave está en que algunos modelos directamente ofrecen una autonomía real que es casi la mitad que la que vende el fabricante.
