Los que hemos tenido la suerte de conducir un Seven lo tenemos claro: este coche es un pedazo de artefacto.
Uno de esos vehículos que hacen cierto ese el dicho popular de “ya no se hacen coches como los de antes”.
Este deportivo de poco más de 500 kilos es rapidísimo, divertido, eficaz y te hace sudar la gota gorda cuando pretende ponerlo al límite. Un coche 100% Lotus.
- Garbí MK1, con motor de Yamaha R1
- En Inglaterra, este coche se puede montar en casa
- Garbi Mk1: casi una moto con cuatro ruedas
Garbí MK1, con motor de Yamaha R1
Lo cierto es que el coche de la marca britànica nació en 1957 y ha conseguido llegar hasta nuestros días (es uno de los coches más copiados de la historia) a base de embrutecerse. Y el Garbí Mk1 que te traemos hoy es la mejor muestra porque… ¿a quién se le ocurre añadirle un motor de Yamaha R1?
A la empresa española Cobra Cars Spain, con sede en Figueres (Girona), que ha convertido este Garbí en un coche digno de los autos locos. En un primer momento,el Garbí montaba un motor Ford de 2 litros, pero existía la posibilidad de hacerlo todavía más ligero y rabioso con un motor de moto.
Y en Garbí eligieron un motor de los buenos: el de la Yamaha R1, capaz de desarrollar 180 CV a 12.500 rpm y de cortar inyección a 14.000 rpm. Lo justo para arrojar una relación peso-potencia de 2,67 kilos/CV, que dicho sea de paso, mejora la de la mayoría de superdeportivos del mercado.
En Inglaterra, este coche se puede montar en casa
En Inglaterra ha sido una práctica habitual encargar un deportivo ‘a piezas’ para que puedas montártelo en casa en compañía de tu caja de herramientas.
Uno de esos kits ha sido la fuente de inspiración del Garbí Mk1. En España sería imposible montarte un coche en tu casa y ponerte a circular con él sin homologarlo y pasar 5.000 dolores de cabeza en el proceso antes de la matriculación. Por eso estamos, encantados de que Cobra Cars Spain lo haya hecho por nosotros.
Garbi Mk1: casi una moto con cuatro ruedas
Desde luego, esta combinación británico-japonesa-española ha concebido un deportivo capaz de potenciar las virtudes del veterano Lotus Seven transformándolo en algo parecido a una moto de cuatro ruedas.
Todavía puedo recordar lo que era subirse a un Seven. Llegar hasta el asiento implicaba una maniobra de contorsionismo para acceder a un habitáculo muy estrecho, en el que ibas sentado tan cerca del suelo que las inmensas ruedas de los camiones eran ciertamente aterradoras.
Una vez en marcha recuerdo que el ruido y las vibraciones eran bastante más acusadas que en cualquier deportivo normal, que el tacto duro del volante -sin dirección asistida-, el embrague y el cambio cobraba todo el sentido.
Y poco a poco, combinados con el mínimo balanceo, la ruido y las vibraciones rapidez de los cambios de apoyo, un eje delantero que parece anclado al suelo y una trasera de reacciones predecibles pero que exige atención, te hacen ir cada vez más deprisa, hasta alcanzar ritmos frenéticos con esas sensaciones que solo pueden transmitir los Lotus de la vieja escuela.
Sin duda, un coche exigente y gratificante a partes iguales. Ahora imagino lo que debe ser eso unido al sonido del motor de una Yamaha R1 acelerando hasta el corte de inyección a 14.000 rpm y se me ponen los pelos de punta.
Desde luego, el Garbí MK1 carece de cualquier sentido y, como sucede en este tipo de vehículos, en el momento en el que dejas de ir al ‘ataque’ sale a relucir un lado incómodo, que puede ser bastante desconcertante.
A cambio este Garbi Mk1 llama más la atención que un Ferrari y puede ser tan rápido como deportivos cuatro veces más potente.
Pero lo que realmente hace diferente a este coche, que parece sacado de los autos locos, es otra cosa. El Garbí ofrece algo que ningún coche actual tiene y viendo la dirección electrificada que está tomando el automóvil, probablemente ya nadie ofrezca nunca. Deportividad en estado puro.
