Mecánica

Polea dámper: qué es y cuáles son los signos de avería

Una pieza muy importante que es sometida a mucho estrés continuo

La polea de cigüeñal, polea amortiguador o polea dámper (o también llamada simplemente dámper) es un componente vital que equipa cualquier motor de combustión interna, ya sea diésel o gasolina. En sí, la dámper es una polea situada en el extremo del cigüeñal y, al igual que otras muchas piezas de un vehículo como el embrague o los amortiguadores, tiene una esperanza de vida limitada.

¿Para qué sirve una polea dámper?

Con una función similar a la del volante bimasa, la polea dámper se encarga de minimizar las vibraciones del cigüeñal ocasionadas por el movimiento de los pistones durante el proceso de admisión, compresión, expansión y escape. Este componente ayuda a evitar averías en el cigüeñal, un elemento que ha de soportar enormes fuerzas de torsión, y reduce el desgaste de la correa, el tensor y otros componentes del sistema de transmisión.

La polea dámper, a través de una correa trapezoidal o multiplasta, se ocupa de accionar la correa o correas que accionan órganos auxiliares como el compresor del aire acondicionado, la bomba de agua, la bomba de servodirección o el alternador del propio motor. Además, la polea dámper también se ocupa de amortiguar las vibraciones creadas por las oscilaciones de giro del motor, especialmente en aquellos que funcionan con gasóleo, menos refinados que sus equivalentes de gasolina.

Cuanto mayor sea el tamaño del motor, las resonancias serán también superiores, haciendo más corta la vida útil de la polea dámper. Por lo tanto, para que una polea dámper cumpla eficazmente con su función, debe poder suavizar los choques de los elementos mecánicos, debe estar equilibrada y, si es sustituida, debe tener el mismo peso que la polea de origen. En su construcción hay una parte central de caucho (fija al cigüeñal) que se encarga de hacer de amortiguador y, alrededor de esta, la polea propiamente dicha.

En el caso de los propulsores diésel más modernos, la polea consta de siete a ocho piezas metálicas y dos anillos de caucho para filtrar aún mejor las vibraciones producidas por este tipo de mecánicas. En el caso de los vehículos equipados con un sistema Stop & Start o un generador de arranque integrado (especialmente en coches con tecnología mild-hybrid) de 48 V, estas piezas están más reforzadas por las múltiples paradas y arranques del motor de combustión. Cuanto más compleja es la polea, más alto es el precio.

¿Qué ocurre cuando la polea dámper falla?

Como cualquier otra pieza sometida a tanto estrés, lógicamente, necesita ser cambiada en el algún momento de la vida del vehículo. Cualquier funcionamiento incorrecto podría tener un efecto negativo sobre el sistema de transmisión. Si la polea dámper no puede absorber bien las vibraciones, el cigüeñal estará en peligro, como el sistema de distribución, la correa, la bomba de servodirección o el compresor de aire acondicionado.

En cuyo caso la polea del coche presente un desgaste acusado, lo primero que se percibirán serán más ruidos y vibraciones que llegan del vano motor, especialmente estando al ralentí. Normalmente, conviene revistar esta pieza en un intervalo de 60.000 kilómetros, y se puede hacer de forma tanto visual como práctica mediante una fácil prueba dinámica. Si el dámper no es sustituido a tiempo, ciertamente podríamos partir elementos clave como el cigüeñal, o cualquiera de las piezas mencionadas en el párrafo anterior.

Podremos verificar con nuestros propios ojos el estado aparente del dámper mirando si presenta grietas o deformación en la superficie por las fugas de aceite del motor. Asimismo, conviene revisar todos los componentes y comprobar que no haya fisuras. Aquella zona en contacto con la correa de transmisión debe ser perfectamente uniforme, sin bordes afilados ni ángulos extraños. Y si no te sientes confiado de lo que lo que ves, siempre puedes acudir a un amigo que sepa del tema o a tu mecánico de confianza.

Aún así, otra forma de averiguar la eficacia de la polea dámper es establecer una marca que atraviese linealmente ambas superficies, las de metal y las de caucho. Ha de hacerse con el motor en parado y en frío. Una vez hecha la marca, se arranca el motor y se accionan los elementos que se ven implicados con el giro de la polea dámper (dirección asistida, aire acondicionado, etc.). En caso de que no permanezcan alineadas después de la prueba, es necesario sustituir la pieza. Por supuesto, no conduzcas con el coche así.

Ya lo ves, la polea dámper es una gran desconocida que puede herir sensiblemente la salud de nuestro vehículo, y también la de nuestro bolsillo. Con un poco de dedicación y llevando las revisiones al día, ambas partes nos lo agradecerán. Porque ya se sabe que, al final, lo barato puede salir muy caro.