El sistema de escape se compone de multitud de componentes. El más importante de ellos es el colector, pues es el primer paso en una sería de tuberías que llegan a la salida (o las salidas). Y aunque la mayoría de los colectores de escape están hechos de hierro fundido o acero inoxidable, no son indestructibles. Con el tiempo, se agrietan debido a las constantes y extremas fluctuaciones de temperatura.
Eso provoca sonidos quizá un tanto desagradables o incluso daños permanentes en el motor del coche. Como componente vital de un motor de combustión, el colector de escape desvía los gases de los cilindros al sistema de escape. En función de la disposición de los cilindros, un motor puede tener uno o dos de ellos. Los motores en línea, por ejemplo, suelen tener uno, mientras que los motores en uve tienen dos. Y cuanto más antiguo es el vehículo, más probable es que se produzcan fisuras y lleguen las averías.
Cuando ocurre, el motor puede sobrecalentarse, pudiendo derivar en daños permanentes. Además, los gases de escape que se escapan por las fisuras tener efectos nocivos para el medioambiente y la salud, ya que en algunos casos llegan al interior del habitáculo. Por eso, en esta ocasión, hemos compilado una lista de síntomas asociados a un colector de escape agrietado. También si una grieta se puede reparar y si vale la pena a largo plazo, puesto que hay veces en los que es peor el remedio que la enfermedad.
¿Qué síntomas me pueden indicar un colector de escape roto?
Ruidos extraños
SI los gases de escape se escapan por algún lado, escucharás ruidos extraños al conducir el coche. Dependiendo de la presión a la que se escapan los gases y del tamaño de la grieta, es posible que escuches una especie de silbido o de clics mecánicos. A menudo, estos ruidos son más pronunciados cuando el motor está frío. Así que, levanta el capó, arranca el coche y escucha con atención.
Olor a combustible mal quemado
Como se mencionó anteriormente, si hay una grieta en el colector, algunos de los gases de escape dañinos pueden ingresar al habitáculo en lugar de dirigirse hacia el catalizador o al filtro de partículas y salir por el tubo de escape. Cuando abres el capó, a menudo notarás un fuerte olor a combustible mal quemado, especialmente alrededor del colector. Es como si pusieras el hocico en la salida de escape.
Pérdida de potencia y consumos más altos
Una fisura en el colector de escape provocará una pérdida de contrapresión, lo que afectará notablemente el rendimiento del motor. En la mayoría de los casos, se produce una pérdida repentina de potencia, especialmente al acelerar. Además, la pérdida de contrapresión se suele extender también a un impacto negativo en el consumo de combustible, que puede aumentar exponencialmente.
Grietas visibles
Según el coche y la disposición del motor y sus accesorios asociados, es posible que pueda inspeccionar los colectores tú mismo. Normalmente, las grietas se encuentran en la zona de los tornillos que los conectan a la culata: es la zona que está expuesta a la temperatura más alta. Sin embargo, las grietas pequeñas y finas son casi invisibles a simple vista, por lo que es mejor que un mecánico calificado lo inspeccione.
¿Qué hago si mi colector de escape está roto?
En primer lugar, algunos de los síntomas también pueden deberse a una junta dañada, en cuyo caso no es necesario reemplazar el colector. Por eso es importante que un profesional diagnostique el problema. Sin embargo, si vas a un concesionario, no se molestarán con las reparaciones, independientemente de cuán pequeña sea la grieta, y te sugerirán una pieza de repuesto original que puede costar más que el coche.
Para evitar esto, te recomendamos encarecidamente que visites un taller especializado en reparaciones de sistemas de escape, donde mecánicos experimentados podrán evaluar si la grieta se puede reparar o de si realmente es necesario reemplazar todo el colector. Esto te solventará el problema por menos dinero, pero no esperes que la pieza parcheada dure lo mismo que una nueva. Todos los mecánicos están de acuerdo en que la mejor solución a largo plazo es el reemplazo por un componente OEM.
