TAXI

Un taxista que se compró un eléctrico: "Todo el día cargando. No me da la autonomía"

Son muchos los taxistas que se han comprado un Tesla que no hablan bien de la experiencia.
Un taxi Tesla
Un taxi Tesla

Comprarse un coche eléctrico está de moda. Te gastas 40.000 euros en un utilitario pequeño para luego presumir de que no paras en la gasolinera, solo en los postes de carga en los que esperas 30 minutos y te gastas 30 euros para tener una autonomía impredecible. Pero más duro es si eres taxista y ese coche eléctrico no es una herramienta de movilidad, si no tu medio de vida. La conversación de un taxista con unos amigos suyos sobre lo harto que está de su coche eléctrico no ha dejado indiferente a nadie. “Todo el día cargando tengo que estar”.

Todo empezó con un artículo publicado en el que quedaba claro que los Tesla han empezado a ser un problema para los taxistas que creyeron que supondrían un ahorro para su día a día. “Yo también lo quiero cambiar”, contestó el taxista al enlace. “Tengo mucho curro y no me da la autonomía”, detalla. Lo cierto es que son muchos los que ya se han quejado de los coches eléctricos no solo por la autonomía, sino también por las reparaciones que conllevan y el coste de las mismas.

“Para viajes largos… todo el día cargando el coche tengo que estar y me limita empalmar servicios. No puedo pasar casi de los 100 por hora o 110”, comenta en referencia a lo duro que es tener un coche eléctrico como medio de vida en el taxi. El problema es que este taxista no solo hace servicios básicos, sino que los hace mucho más exclusivos para lo que necesita un vehículo de algo más de calidad. No le vale un Dacia Sandero, sino que necesita un Tesla o un Mercedez-Benz Clase E, un BMW o un Jaguar, tal y como detalla en la conversación de WhatsApp que se ha publicado en un grupo de Facebook. “Pero sí que un Skoda o Dacia te hacen lo mismo”, reconoce en dicha conversación.

“Es solo para ciudad el eléctrico”, insiste. “Si ya pisas autovía…”. “Para un particular como segundo coche también vale”, detalla. Lo cierto es que son muchos los taxistas que se han comprado un Tesla que han llegado a la conclusión de que han cometido un error a la hora de subirse al carro de la fiebre eléctrica. Tanto por autonomía como por el coste de la sustitución de las baterías. “Para el día a día vale”, reflexiona. “Pero para un profesional…”. “El mes de julio hice 9.700 kilómetros”, comenta. “Y todo el día cargando, claro”, insiste.

Esta es la realidad que afrontan muchos taxistas que ahora han puesto a la venta sus coches porque no soportan más la idea de tener un eléctrico como herramienta de trabajo. La autonomía, además, es muy inferior a la que los fabricantes venden. Se puede llegar a ella, sí, pero solo poner el aire acondicionado ya recorta considerablemente la autonomía del coche. Y trabaja sin él en Madrid en pleno julio.

Esta conversación no es más que un reflejo más de lo que sufren los taxistas que tomaron la decisión de gastarse más de 40.000 euros en un Tesla nuevo. Como concepto, sonaba bien. Pero la realidad ha sido muy diferente. Tanto, que las quejas han trascendido a la prensa. Hay dudas sobre cómo evolucionará el coche eléctrico, pero Europa se ha sumado a la Agenda 2030 y todo parece indicar que la oferta de coches de combustión en modelos nuevos se reducirá a 0.

Ya son muchos los expertos que hablan de que el coche eléctrico no será el futuro. Hablamos de ingenieros, trabajadores de factorías e incluso fabricantes como Toyota, que no confían nada en que el coche eléctrico sea lo que nos espera a la vuelta de la esquina.