Los coches eléctricos…¿son el futuro? No es solo que Toyota haya dejado claro que no se lo cree del todo, sino que las propias evidencias indican que este tipo de vehículos acabará cayendo en el mercado por su propio peso (que no es poco).
Ha sido Pedro Prieto, un ingeniero técnico español, quien ha desmontado todos los problemas que presentan este tipo de vehículos. La autonomía “real”, el peso, las cargas rápidas, las electrolineras e incluso el coste de estos coches son algunas de las claves para entender por qué hay que desconfiar, según el criterio de Prieto, de estos automóviles.
Las grandes marcas, a excepción de Toyota, han emprendido una reconversión salvaje de sus factorías hacia el coche eléctrico, pero, ¿merece la pena realmente?
Pedro Prieto no lo tiene nada claro. Empecemos por la autonomía. No es ningún secreto que los coches eléctricos no son precisamente fiables a la hora de determinar cuántos kilómetros podremos hacer con la batería completamente cargada.
Imaginen un viaje a Madrid-Valencia con un coche que presuma de hacer más de 400 kilómetros de autonomía. Son unos 300 kilómetros, por lo que no debería haber ningún problema. Hay margen.
Pues bien, Prieto asegura que en cuanto le añadas el peso de la familia, pongas el aire acondicionado y circules a una velocidad constante de en torno a los 120 kilómetros por hora, esa autonomía se reducirá a menos de la mitad (por no hablar de que no encontrarás una electrolinera de forma frecuente).
Algo que hemos demostrado más de una vez en CHASIS CERO, pero esto es lo más conocido. Prieto apunta a más cosas que auguran el fin del coche eléctrico.
El tema de la carga rápida es clave. Poder llenar la batería en 15 minutos es el sueño de todo amante del coche eléctrico, sin embargo, es tremendamente dañina para la batería del coche. Con un buen uso, Prieto asegura que una batería puede durar una media de seis años.
Con cargas rápidas, literalmente la destrozas en mucho menos tiempo, algo que han reconocido algunos trabajadores de KIA a CHASIS CERO. Para hacernos una idea, en casa se suele contratar una potencia de 5 kilovatios. Para que un coche eléctrico cargue de forma rápida, habría que disponer de 200 kilovatios o incluso 400.
No solo es complicado llevarlo a una vivienda particular por el coste elevadísimo que tendría (Iberdrola, Endesa o Naturgy se frotarían las manos), sino que las leyes de la termodinámica dejan claro que “destrozaríamos” la batería. “Hay un calor enorme que no hay manera de disiparlo”.
@angel_gaitan_oficial ¡Es una vergüenza! @victorius_garage 🤬😡 • • #mecanicodeltiktok #bateria #motor #cocheelectrico #hibrido #cochetiktok #car ♬ sonido original - Ángel Gaitan
Luego está el asunto de la sostenibilidad. Una batería pesa unos 500 kilos. Y de ellos, entre 30 o 40 son litio, aproximadamente. Hay 1.200 millones de coches (sin tener en cuenta camiones) en todo el mundo. Ni todas las minas de sales de litio que hay ni todas las reservas dan para poner tanto litio en todos esos vehículos que están en circulación.
Sin tener en cuenta el cobre, que un eléctrico lleva hasta 40 kilos. Además de que la calidad del mismo desciende por años, según se puede comprobar en cualquier artículo o en la propia página oficial de los extractores de cobre en los Andes. Las minas han llegado a un extremo que no es sostenible.
Todo eso para que un señorito llegue y se gaste entre 30.000 y 100.000 euros. Y este es otro de los puntos que Pedro Prieto ha destacado. Su enfado es notable. Pero los coches eléctricos evidentemente son caros.
Y eso para un tipo de automóvil que durará poco, dado que la batería tiene fecha de caducidad. Esto sin tener en cuenta los puntos de recarga, que de momento hay demasiado pocos para los 24.000.000 de coches que hay en España. “¿Ponemos un coche cada cinco metros en los municipios donde se aparca en la calle?”, se pregunta.
