Diseño

Ponte nostálgico viendo algunos de los mejores faros retráctiles

Hubo muchas décadas en la que los diseñadores jugaron mucho escondiendo los faros 

Hasta entrado el siglo XXI, fueron muchos los coches que pudimos ver sin “ver” sus faros, al menos de día. Los diseñadores estuvieron haciendo esto desde la década de 1930, y fue una tendencia que, realmente, nunca pasó de moda. Desde entonces y a lo largo del siglo anterior hemos visto decenas de modelos cuyos faros delanteros, de repente, aparecían como por arte de magia.

Cuando Cord presentó su 810 durante el Salón del Automóvil de Nueva York de 1935 con los faros escondidos bajo las aletas delanteras, causó sensación. Nadie había creado algo así, pero pasarían otros 30 años antes de que la tecnología se adoptara más ampliamente. A finales de los 60 y a lo largo de los 70 y 80, los faros emergentes se habían convertido en la corriente principal, con compañías tan diversas como Lotus, Ferrari, Triumph y Porsche que adoptaron el diseño. 

En los años 90 también disfrutaron de popularidad, y no sería hasta la última regulación en la normativa referente a la seguridad de los coches en caso de atropello cuando se retirarían del mercado. Piénsalo, llevarte a alguien por delante con los faros puestos no resultaba muy dañino en comparación a tenerlos integrados a ras de la carrocería. Si te estás preguntando cuál fue el último coche de producción en serie que los montó, ese fue el Chevrolet Corvette de quinta generación (C5).

Buick Y-Job (1938)

En general, se considera que el Buick Y-Job es el primer automóvil conceptual verdadero, el prototipo primigenio tal y como los conocemos hoy en día. Hasta la fecha, tan solo el Cord 810 contaba con faros emergentes, pero este coche de ensueño diseñado por Harley Earl no solo era especial por esta peculiar decisión técnica y estilística: disfrutaba de parachoques envolventes, manijas de las puertas enrasadas en la carrocería o lujos como ventanillas de accionamiento eléctrico.

Buick Riviera (1966)

Sin salir de los Estados Unidos, aquí tenemos un claro ejemplo que cómo hacer de una idea rebuscada, algo todavía más complicado. Sin embargo, el resultado es tan curioso como una gran decisión. Esos rectángulos en los bordes exteriores son las luces de estacionamiento y los intermitentes. ¿Se ocultan entonces tras la parrilla? Tampoco. Bajan, inesperadamente, desde la sección más alta de la parrilla para acabar colgados frente ella. Una decisión técnica que no rompe la estética.

Alfa Romeo Montreal (1970)

Mostrado por primera vez en forma de prototipo en el evento Expo '67 en Montreal, con un motor de cuatro cilindros y 1.6 litros, la versión de producción de este coupé presentaba un V8 de cárter seco y 2.6 litros mucho más interesante derivado de la unidad de 2.0 litros del Tipo 33 de carreras. Su afilado frontal lucía una rejilla retráctil que exhibía completamente los faros cuando se encendían. Curiosamente, esta rejilla cubría solo la parte superior de las luces cuando no estaban en uso.

Porsche 928 (1977)

Fue Coche del Año europeo en 1978 y estaba destinado a reemplazar al 911, pero fracasó en su misión a pesar de su destreza. El Porsche 928 venía con V8 montado delante y cuya caja de cambios se montó detrás (transaxle) para un mejor empaque y distribución del peso. Y aunque era un excelente gran turismo de carácter deportivo y sus faros se elevaban sin llegar a esconderse como tal, su precio era demasiado alto y el 911 siguió superando en ventas al 928 aun tras una producción de 18 años.

Jaguar XJ220 (1992)

Hasta que el McLaren F1 arruinó las cosas, el Jaguar XJ220 fue durante un breve periodo de tiempo el coche de producción más rápido del mundo, con una velocidad máxima de 349,4 km/h, cortesía de un motor V6 biturbo de 3.5 litros con 550 CV y 644 Nm. Diseñado por un equipo dirigido por Keith Helfet, el superdeportivpo británico tenía una pareja de paneles que se abatían a los lados para revelar los faros (en lugar de elementos emergentes), y sigue siendo un coche que se ve impresionante desde todos los ángulos.